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PACHUCA, Hgo., 5 de noviembre de 2014.- Con apenas una treintena de manifestantes de los poco más de dos mil estudiantes que se estima asisten a Ciudad Universitaria durante el turno matutino así como con la participación de algunos músicos y trovadores, alumnos de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) llevaron a cabo el paro activo de sus actividades en comunión con la Tercera jornada global para exigir la aparición de los 43 estudiantes secuestrados en Ayotzinapa, tal como lo acordaron, solamente durante dos horas.
Si bien la totalidad de docentes de nivel bachillerato acató la disposición de hacer paro, en el caso de los institutos esto no fue así, Además, no fueron pocos los profesores que, sin sentido social alguno, amenazaron a sus alumnos con que aquello que impartirían durante dicho horario, no lo volverían a repetir a lo largo del curso.
Llamó la atención que los catedráticos, de quienes se dice son encargados de formar estudiantes críticos, no estuvieran presentes ni promovieran algún tipo de actividad entre el alumnado, salvo el caso de unos pocos que vinieron desde el Instituto de Artes.
En general, la gran mayoría de los estudiantes aprovechó el momento de paro para tomar un descanso dentro o fuera de las aulas.
Por un momento el Pabellón Universitario parecía iba a estar repleto de estudiantes inconformes dispuestos a expresar su comunión con los desaparecidos de Ayotzinapa; sin embargo, la saturación se debió a que tanto estudiantes como docentes aprovecharon el paro para almorzar.
La cantidad de comensales que había en las mesas dentro del Pabellón Universitario probablemente era seis veces superior a la de aquellos que estaban atentos de la música de voluntarios que intentaron compartir su espíritu. Pero la audiencia no fue convencida con música ni mucho menos con oratoria: simplemente fueron apáticos.
Además de apatía, temor y falta de organización
Entrevistados sobre la causa por la cual se percibía un ambiente de escasa o nula solidaridad con la exigencia de solicitar a los estudiantes normalistas secuestrados, Brenda, Mariel y Víctor, estudiantes de séptimo grado de Gastronomía dieron su punto de vista sobre las posibles razones por las cuales, el paro se percibiera como un oportunismo de poco éxito.
“Yo creo que hay temor sobre lo que puede pasar. La vez pasada que cerraron la puerta incluso los universitarios (Transporte universitario) tuvieron que salir por la parte de atrás porque no querían que pasara nadie. Hay temor a represalias”, expresó Mariel.
Brenda por su parte afirmó que “no hubo comunicación. Nosotros venimos de ICEA y allí tampoco se dijo nada. No fue hasta que llegamos aquí que nos enteramos pero aun así tuvimos clases. Si sabemos algo es porque han ido los del Instituto de Artes pero de nuestra sociedad de alumnos no sabemos nada”.
“Yo creo que somos una institución que va caminando y dos horas son suficientes para expresar nuestra comunión. Hacer un paro de 72 horas es demasiado, eso creo yo. Tiene que ver mucho con que los de aquí son ICBI (Ingenierías) y ellos andan en su mundo, no les interesa nada que no les afecte”, dijo Víctor.
Continuaron con actividades programadas
Oscar Nájera, presidente de la Sociedad de Alumnos del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI), expresó que hubo diversas actividades que se realizaron de manera simultánea, como exposiciones académica e incluso de vehículos, aunque estas habían sido acordadas antes de saber sobre la Tercera jornada global de acción por los desaparecidos de Ayotzinapa.
El dirigente estudiantil dijo, por su parte, que no hubo ningún tipo de presión por parte de las autoridades para oponerse a los diferentes tipos de manifestación que pudieran surgir dentro de la comunidad estudiantil, condición por la cual expresó que si existe algún tipo de presión hacia los estudiantes del Instituto de Artes abogaría porque el Consejo Estudiantil intercediera a favor de sus compañeros.