Así no, presidenta
PACHUCA, Hgo., 29 de diciembre de 2014.- Gerardo Sosa Castelán, manda a sus huestes a explorar las opciones electorales «Ciudadanas» en preparación para lo que se espera sea una ofensiva en pos de la gubernatura de Hidalgo para 2016.
Fiel a ese estilo calculador, que no arriesga ni expone su imagen, pero siempre característico, Gerardo Sosa, dió luz verde a sus incondicionales para participar como propuesta ciudadana en la elección federal del 2015. Un proyecto que tomará cuerpo en la del reconocido catedrático universitario, Antonio Mota.
Sosa Castelán, para molestia de muchos, sorteó durante estos años los embates de las distintas corrientes políticas de Hidalgo, reagrupó sus estructuras y hoy nos enseña que no abandona su propósito de gobernar la entidad.
Hace unos años, el líder universitario «se formó» en el PRI y llegó a la final en la carrera por la candidatura, pero a pesar de ser presidente del tricolor, se apartó de la militancia y del grupo tricolor dominante.
Intentó mantenerse en materia política electoral, impulsando un partido local, luego la nueva camada panista en Hidalgo, le abrió un resquicio e incrustó a su hermano Damián y al mismo tiempo reeditó un proyecto que Enrique Macedo ideó hace años, denominado «adopta una comunidad» ahora con el nombre de «Redes Ciudadanas».
Quizás este intento ciudadano le traiga al clan Sosa un inconveniente que seguramente si contemplaron, pero no dimensionaron: postular un candidato en el distrito de Pachuca es un franco reto a la jefatura política de Hidalgo.
Porque una cosa es tentar el terreno, mandar un incondicional a la contienda para analizar el comportamiento de sus equipos, la reacción de los enemigos y planear así, nuevas incursiones y otra muy distinta es construir un ariete que destruya una relación que sí bien no era cercana, sí respetuosa.
También dirán que las redes ciudadanas no son estructuras políticas y que reporteros como su servidor alucinamos y somos detractores a priori. Pero insisto, el objetivo de Sosa Castelán no está cifrado en el 2015, va en pos del proceso electoral del 2016 y ahí «lo que salga es bueno».