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MÉXICO, D.F., 30 de diciembre de 2014.- En 10 años, más del 50 por ciento del personal que labora en almacenes será sustituido por robots, gracias a que cuentan con mejores sistemas de reconocimiento y representan una menor inversión por estandarización, de acuerdo con Miebach Consulting, publicó la revista Forbes.
Joachim Miebach, presidente y fundador de Miebach Consulting explicó en un comunicado que, los robots son una opción atractiva si pueden operar muchas horas de trabajo diario, aunque aseguró que hasta ahora ni las mentes más inteligentes de la robótica han sido capaces de copiar una mano humana con todas sus capacidades.
“Los robots cuentan con mejores sistemas de reconocimiento, mejores sistemas sensores, sistemas de sujeción más flexibles, menores inversiones por estandarización y producción masiva de robots”, expresó.
Asimismo, destacó los beneficios que conlleva la impresión 3D y reveló que, en la actualidad la industria automotriz implementa esta clase de procedimiento, gracias a las ventajas que ofrece.
En la actualidad, 20% de los recambios de movimiento lento se fabrican en 3D para un fabricante de automóviles deportivos.
Al respecto, Joachim Miebach detalló en el comunicado: “La impresión 3D conlleva cuatro beneficios clave: ningún inventario, disponibilidad global y a largo plazo, ningún costo de transporte y entregas el mismo día y a la misma hora”.
El ejecutivo también hace mención a lo expresado por Alexander Jung en la revista semanal alemana, Der Spiegel, en la cual declara que la impresión 3D en un futuro será más rápida, barata, universal y de mayor calidad.
“El diseño de piezas será cada vez más adecuado para la impresión 3D y los centros de servicios de impresión se ubicarán en los centros de distribución o en las grandes ciudades industriales”, asegura Miebach.
Si los robots llegaran a obtener autonomía en su sistema de procesamiento cognitivo (pensamiento), muy probablemente sigan las tres leyes de la robótica de Isaac Asimov:
1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.