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MÉXICO, DF, 13 de marzo de 2015.- Aproximadamente una de cada cien mil personas padece glucogenosis en México, un grupo de padecimientos metabólicos que causan hipoglucemia, convulsiones, altos niveles de colesterol en la sangre y hasta la muerte, así se dio a conocer en la Primera Jornada Nacional de glucogenosis que se llevó a cabo en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”.
En un comunicado se informó que la glucogenosis es una enfermedad metabólica de tipo genética –no contagiosa- que se caracteriza por la ausencia o deficiencia de enzimas que participan en el metabolismo del glucógeno; es decir, la fuente de energía derivada de la glucosa que nuestro cuerpo almacena principalmente en el hígado y en el tejido muscular, explicó Salvador Villalpando, jefe del departamento de gastroenterología y Nutrición del Hospital Infantil.
Los síntomas van desde hipoglucemias, convulsiones, lento desarrollo y crecimiento e inflamación del hígado por acumulamiento de glucógeno.
Aseguró que aunque las glucogenosis forman parte de las enfermedades huérfanas, han cobrado importancia por la falta de diagnóstico o por el retraso del mismo, lo que ocasiona que los pacientes sean atendidos en etapas tardías con graves consecuencias y complicaciones en muchos casos irreversibles.
David Weinstein, señaló que la glucogenosis es una enfermedad que provoca hipoglucemia e impide obtener de los alimentos la energía necesaria para vivir. Hasta los años 70 la mayoría de los niños que nacían con esta patología morían antes de los seis años, panorama que cambió cuando se descubrió que la fécula de maíz ingerida cruda cada tres o cuatro horas, permite mantener un nivel adecuado de glucemia, siempre que se consuma a intervalos regulares , día y noche diariamente.
En su intervención, Daniel Cohen, director médico de Glucolatino Internacional, expuso que este padecimiento en la mayoría de los casos se detecta a edad temprana, cuando los bebés comienzan a dormir toda la noche y pasan horas sin comer.
Detalló que con un buen control metabólico y siguiendo una dieta adecuada con horarios específicos (sin consumir leche azúcar, fruta y todos sus derivados), los pacientes pueden llevar una vida normal.