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TULA DE ALLENDE., Hgo., 18 de marzo de 2015.- Para evitar ser víctimas de la delincuencia, la Diócesis de Tula decidió clausurar la llamada capilla abierta del ex convento de San José, ubicado a un costado de la catedral del mismo nombre.
Así lo explicó en entrevista el párroco Miguel Ángel Rangel Ordóñez, vicario general de la Diócesis de Tula, quien aseveró que los trabajos se tuvieron que realizar obligadamente para evitar los constantes robos que en años pasados se efectuaban en el templo católico.
Explicó que la falta de protección que había en la capilla abierta, aunque ubicada en un segundo piso, era aprovechada por los amigos de lo ajeno para brincarse hacía el interior del ex convento y de la catedral de San José y así cometer sus fechorías.
Recordó que a finales de 2013 se tuvo un robo de efectivo en la oficina de la catedral y en 2014 otros dos, el primero fue el más cuantioso, los presuntos delincuentes hurtaron “algo así como 60 mil pesos” (sic), mientras que el segundo fue menos gravoso.
Por otro lado, el presbítero agregó que al ser el ex convento una construcción colonial, la Diócesis de Tula buscó la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para realizar las modificaciones competentes a la fachada.
Autorizándole la dependencia federal cerrar o clausurar la capilla abierta con cristales gruesos para no romper totalmente el concepto religioso que tiene esa parte del edificio.