Ráfagas: Otra más de la CAASIM
PACHUCA, Hgo., 27 de agosto de 2015.- Recuerdo cuando al ex beisbolista venezolano Ozzie Guilén se le atacó en Estados Unidos por decir que admiraba a la Revolución cubana. Entonces el presentador de televisión de origen mexicano y radicado en Miami Jorge Ramos Ávalos aprovechó para publicar uno más de sus textos contra Fidel y Raúl Castro: Dijo: “Su sangrienta dictadura de 53 años se ha caracterizado por la represión, la falta de libertad y la absoluta ausencia de democracia multipartidista”.
Más fresco tengo el recuerdo cuando Ramos recibió un premio de la revista TIME. Ahí el presentador atacó a Nicolás Maduro, y con un trago de vino en la mesa, brindó por los “presos políticos” en Venezuela que tienen “como crimen denunciar el abuso de poder, la corrupción y la falta de democracia del régimen”.
Ironías de la vida. Ramos echado y mandado callar en su propio país de residencia, y sobre el cual pregona las “libertades democráticas” que -dice- no hay en Cuba o Venezuela.
Probablemente esto le haga pensar también en Mumia Abu jamal, periodista, presidente de la Asociación de Periodistas Negros de Filadelfia e integrante del Partido Panteras Negras, quien fue condenado a muerte y posteriormente a cadena perpetua por las leyes estadounidenses en 1982 por un delito que no cometió. Sería bueno que Ramos lo mencionara de ahora en adelante en sus columnas, por si quiere ir a verlo a la cárcel en Pennsylvania en la cual está preso.
O quizá sobre Oscar López Rivera, condenado en 1981 a 55 años de cárcel acusado de “terrorismo” y “conspiración” contra el gobierno de Estados Unidos por pedir la independencia de Puerto Rico. Si Jorge Ramos clama tanto por el venezolano Leopoldo López, con el caso del independentista puertorriqueño se va a volver loco de la emoción. Hasta es probable que lo veamos brindado por su libertad, ya no con una copa de vino, sino con toda una garrafa de coquito boricua.
Ya que si no le conviene esto y pretende seguir callando como hasta ahora sobre los casos de criminalización contra Julian Assange y Edward Snowden, Ramos bien puede escoger entre cualquiera de los 157 presos políticos que tiene el gobierno estadounidense, según la National Jericho Movement y la Social Movement Prisoners. Sí, porque, criticar al presidente mexicano Enrique Peña Nieto desde su sillón en Miami, lo hace hasta mi amiga Rosita, dueña del mejor pan con puerco de South Beach y el East miamero.