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PACHUCA, Hgo., 22 de septiembre de 2015.- “Bajo rendimiento escolar y mala conducta”, éstas fueron las razones que autoridades de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) argumentaron para justificar la baja de tres alumnas del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu), quienes antes acusaron que su expulsión fue por participar en una marcha a favor de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
La denuncia de las estudiantes resultó más efectiva mediáticamente que los argumentos esgrimidos por las autoridades de la máxima casa de estudios, quienes desde la década de los 90 han sido vapuleados por las críticas debido a la represión ejercida, lo mismo en contra de alumnos que de catedráticos, que han osado levantar la voz por el cacicazgo que controla todo cuanto se mueve en la UAEH.
Nombres y ejemplos sobran, desde el acoso, persecución y despido de catedráticos como Alfredo Rivera Flores, Miguel Ángel Serna Alcántara, Teresa Samperio León, Pablo Vargas González, Tonatiuh Herrera Gutiérrez, Román Hernández Genis, Tania Meza Escorza y Aidé Cervantes Chapa, hasta la represión contra alumnos que se han negado a aceptar las políticas manipuladoras universitarias.
Edmundo Hernández Hernández, director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) de la UAEH, ofreció una conferencia de prensa para detallar que a las alumnas Talia Monzalvo León, Teresa de Jesús Vega Meneses y María Guadalupe Montes Tolentino, se les dio de baja «por deficiente rendimiento académico y mala conducta».
Tropezando con sus propios argumentos, el directivo reconoció que las alumnas contaban con becas al momento de su baja, pero luego dijo que “no todas las becas se otorgan por excelencia”, lo que pone en entredicho la calidad académica de los becados de la UAEH.
El tiempo y los hechos han exhibido al directivo del ICSHu como un represor, autoritario y completamente al servicio del Grupo Universidad, no por nada la serie de quejas en su contra por parte de alumnos y maestros, que en repetidas ocasiones han denunciado amenazas y acoso al más mínimo indicio de manifestación.
Las reglas en la UAEH son claras: los papeles se manipulan a conveniencia de los amos que controlan el destino de la máxima casa de estudios, ejercen presión a su antojo, e incluso se inventan reglas si es necesario detener cualquier indicio de rebelión de una comunidad estudiantil cada vez más despierta e irreverente.
El alumnado en más de una ocasión ha demostrado su desprecio a las prácticas de manipulación y acarreo, como sucedió en el 2000, cuando una multitud de jóvenes le hicieron pasar el coraje de su vida al líder del Grupo Universidad, Gerardo Sosa Castelán, cuando abuchearon y lanzaron consignas en contra del entonces candidato Presidencial del PRI, Roberto Madrazo Pintado, en venganza porque los directivos universitarios los sacaron del salón de clases y los obligaron a ir al acto político.
Atrás quedaron los tiempos de impunidad y violencia, cuando escudados en el membrete de la tristemente célebre Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo (FEUH), un grupúsculo de ‘alumnos’ (así se hacían llamar) hacían, deshacían y mantenían asolada a la ciudadanía. Hoy, al más mínimo indicio de rebeldía se les acosa, castiga y se les expulsa.
Twitter: @AlexGalvezQ