Radar Político: Parra, se adorna…
PACHUCA, Hgo., 5 de octubre de 2015.- ¿Alguna vez has sentido dolor? Seguramente sí, y cuando una parte de tu cuerpo manifiesta el dolor lo normal es atenderlo, ir al médico, seguir un tratamiento, contrarrestarlo y eliminarlo para recuperar así el bienestar.
La forma en que la gente reacciona al dolor depende también de su propia estructura, así una persona decide actuar a penas aparece y otra espera un poco más, e incluso hay quienes pretenden ignorarlo hasta que ya no pueden más. En el dolor hay también distintos niveles para advertirlo, a esto lo conocemos como “umbral del dolor”, y dependiendo del nivel de este se tolera físicamente en mayor o menor medida. Por supuesto, los extremos no son lo más conveniente, puesto que un umbral del dolor muy bajo producirá que alguien esté en un grito al primer índice del mismo, y que por lo tanto, lo tolere menos, el aspecto positivo es que lo detectara antes de que se convierta en un malestar mayor, lo negativo es que su tolerancia será mínima, en el otro extremo, quienes poseen un umbral del dolor muy alto serán obviamente más resistentes, pero correrán el riesgo de detectarlo cuando ya es urgente atenderse, aunque afortunadamente cada persona va conociendo su propio cuerpo y de esta forma aprende también no ignorar cualquier señal que este manifiesta.
Interpretaciones del Dolor
Culturalmente estamos orientados a buscar el bienestar y evitar el dolor, de hecho, hay quienes lo conceptualizan como un castigo o simplemente como algo negativo, sin embargo, ¿te has preguntado qué sucedería si el dolor no existiera?, sencillamente correríamos el riesgo de lastimarnos seriamente o de no poder contraatacar lo que nos está dañando.
Todo dolor tiene una razón, ante un dolor de cabeza, de estomago, de garganta, de huesos, de cada parte del cuerpo este nos está indicando que ha perdido parte de su equilibrio (llamado homeostasis) y que necesita recuperarlo, todos conocemos el dolor físico, y la manera de atenderlo, lo que no ocurre con el dolor emocional, este último no es tan aceptado como el primero, aunque este tiene la misma función que el físico.
Y ya que hablamos de las interpretaciones del dolor, esta el que en determinadas actividades físicas es tolerado e incluso buscado, como en el caso de algunos deportes que señalan que “si no hay dolor no sirve”, este es otro tipo de dolor que desaparece cuando el cuerpo se va adaptando al esfuerzo y desarrollando resistencia, esto no sucede con el dolor emocional, este no disminuye por más que nos sometamos a lo que lo provoca, porque si bien puede haber cierta adaptación momentánea tiene que ver más con las creencias e ideas personales que con el alivio real.
¿Cómo se experimenta el dolor emocional?
Algunas emociones son la tristeza, la ira, el miedo, la culpa y la desesperanza, ninguna emoción es mala en si misma, porque estas al igual que el dolor son indicios de que no nos encontramos en el bienestar, y aparecen gradualmente como el dolor físico.
El dolor emocional aparece ante las respuestas que se dan a lo que realmente sucede, y se manifiesta distinto en cada ser humano, por ejemplo, al vivir una pérdida habrá quienes la viven con más enojo que tristeza, y aunque en los dos casos se atraviese por el duelo, el tiempo y la forma en que se transmite por este será distinto para cada quien.
El dolor emocional incluye también el resentimiento y la culpa, así como el sin sentido de la vida: la desesperanza.
Lo que determina como se reacciona tiene que ver con la historia y la estructura de cada persona.
A veces se evade, buscando otras emociones o volcándose hacia otras actividades que nos distraigan aunque no necesariamente sean favorables, como la evasión del dolor emocional a través de las adiciones, que por supuesto, a corto o largo plazo generará más dolor. Se somatiza,es decir, el dolor emocional se dirige hacia el cuerpo y da lugar a las enfermedades psicosomáticas, en las que es recurrente que no se encuentre el motivo físicamente y el tratamiento deba incluir además tratamiento psicoterapéutico para dar con la causa interna que le dio lugar. O sublimandolo, lo que es como dar un giro a una emoción que lastima en una acción que lo torno positivo, los casos comunes se ven en el arte y el deporte, que son excelentes terapias para aquellos que sufren emocionalmente.
¿Qué dice tu dolor?
La respuesta es absolutamente personal, y lo que puedes hacer para aliviarlo también, pero lo único que no es admisible es no encargarse de este, porque entonces el dolor se vuelve crónico y se trasforma en sufrimiento.
Atención a…
¡Claro que no nos gusta sentir dolor!, de ningún tipo, y que cuando se experimenta placer en este se ha rebasado la línea de la salud mental. En los últimos años se ha dado el fenómeno del cutting, generalmente en adolescentes que se auto agreden para castigarse o castigar a alguien pero que encuentran adictiva esa sensación de dolor placer, y que por supuesto requiere atención médica y psicológica, puesto, que el sentido original del dolor no es ese.
Así que cuando hay una auto agresión hay un dolor más profundo que no debe ser ignorado o subestimado.
Más vale terminar encontrando que era una llamada de atención, y en ese caso, también es importante saber porque se detona esto.
Agradecer el dolor
Agradecer el dolor no es celebrarlo ni propiciarlo, si no encontrar en éste una advertencia para conducirnos a la acción.
El dolor emocional puede apartarnos del abuso y de todo tipo de violencia, incluso, si ésta es auto dirigida.
Soluciones
Habituarse al dolor no es sano, ni física ni emocionalmente, lo primero es la aceptación y esta nos conduce a la acción.
El dolor es normal pero también es patológico cuando no se actúa para eliminarlo.
Y a pesar de que seamos empaticos o comprensivos con el dolor ajeno solo quien lo vive sabe lo que siente.
Detrás del dolor emocional suele haber pensamientos y sentimientos de auto reproche o rechazo, y es imprescindible darse cuenta del daño adicional que esto causa.
¿Qué hay detrás de tu dolor?
@Lorepatchen
Entre Géneros Jueves 8 PM por 98.1 FM