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PACHUCA, Hgo., 17 de diciembre de 2015.- Durante los últimos diez años en Hidalgo se han perdido más de 15 mil hectáreas de áreas forestales a consecuencia de la tala clandestina, cambio de uso de suelo e incendios forestales, de acuerdo con el anuario general forestal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
El reporte federal reveló que Hidalgo es la séptima entidad a nivel nacional con mayores pérdidas forestales en el país, al registrar en promedio pérdidas de mil 500 hectáreas anuales, lo que equivale a cien veces el Estadio Hidalgo.
De acuerdo con la Conafor, los municipios más afectados por la deforestación son Acaxochitlán, Tulantepec, Agua Blanca, Zacualtipán y San Bartolo Tutotepec, los cuales concentran el 87 por ciento de las áreas forestales que se han perdido en la entidad.
En la entidad se han depredado el 42 por ciento de los bosques y el 87 por ciento de la selva baja, por lo que de acuerdo con el mapa general forestal, en 2005 Hidalgo contaba con una superficie de más de un cien mil hectáreas forestales, cifra que ha disminuido en un 15 por ciento.
En Hidalgo el 50 por ciento de la superficie terrestre es forestal, mientras que en México el promedio es de 70 por ciento, debido a los asentamientos humanos irregulares en zonas boscosas que provocan la depredación de los diversos hábitats en el país.
Jaime Galindo Ugalde, delegado de la Conafor en la entidad, explicó que en los últimos años la principal causa de deforestación en el estado ha sido el cambio de uso de suelo, pues se han construido nuevas viviendas en zonas donde anteriormente eran bosques.
El funcionario federal detalló que Acaxochitlán es el municipio que representa el mayor índice de deforestación en el estado, por lo que en dicha zona han implementado el Programa Nacional Forestal (Pronafor), donde se han plantado más de siete mil ejemplares en los últimos cinco años.
El responsable de la Conafor en la entidad sostuvo que la reforestación es mayor a la deforestación, sin embargo, el periodo de crecimiento de un árbol para llegar a la etapa adulta puede tardar entre 25 y 30 años, por lo que no es visible a comparación del arbolado adulto que pierden cada semana.
El ex alcalde de Actopan reconoció que al inicio de la actual administración federal se perdían el 80 por ciento de los árboles que recién se plantaban, por lo que un porcentaje mínimo continuaba su desarrollo, situación que ha cambiado, pues de las primeras plantas que depositaron, el 70 por ciento murió antes del primer año.
Al respecto, Honorato Rodríguez Murillo, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales estatal (Semarnath), detalló que Hidalgo es el octavo estado con mayor biodiversidad a nivel nacional, por lo que han impulsado diferentes campañas de protección al entorno ecológico, o de lo contrario se convertirá en una tierra más árida.
Según el funcionario estatal, los árboles que plantan con la Conafor son ciudadanos a través de los programas de sustentabilidad que se da a los ejidatarios para que se hagan cargo de las áreas recién plantadas.
Sin embargo, Marco Antonio Moreno Gaytán, dirigente de la Sociedad Ecologista Hidalguense (SEH), aseguró que los árboles que plantan las autoridades ambientales son de la especie “trueno”, es decir, que sólo son de ornamento, sin representar un verdadero beneficio al entorno, pues sus raíces no favorecen la atracción del agua, además de que no cuenta con ramas para la producción de frutos.
El activista refirió que dichos árboles son los más usados por las autoridades por su bajo precio y la mayoría se pierden en los primeros meses ante la falta de cuidados, pues la ciudadanía se preocupa por plantarlos pero se olvida de su tratamiento y atención.
El periodo invernal representa la época del año en la que se pierden la mayoría de los árboles que recién se plantan, pues son expuestos a las bajas temperaturas que deterioran sus hojas y por ello cortan su desarrollo.
Aunado al crecimiento demográfico de las más de 2 mil 500 comunidades que residen en el estado, otro factor que incide en la depredación forestal es la tala ilegal, la cual según datos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), más de 180 hectáreas se pierden cada año por este fenómeno.
Los taladores trabajan libremente con apoyo de las autoridades y aunque en algunas ocasiones son denunciados por los pobladores de las zonas cercanas, la corrupción influye para la disminución de sanciones contra los grupos delictivos.
Por otro lado, los incendios forestales son la tercera causa de deforestación en la entidad, pues aunque este año apenas se registraron 45 conflagraciones que afectaron a 240 hectáreas, de las cuales ninguna fue de arbolado adulto, en 2013 se registró uno de los periodos más intensos en la historia al registrar 441 llamaradas que consumieron 5 mil 230 hectáreas, entre ellas 90 hectáreas de arbolado adulto.
Las principales especies depredadas en la última década son pinos, abetos, cedros y coníferas de hojas rojas, las cuales son cada vez más escasas de hallar en la entidad.