Radar Político: La «austeridad» judicial…
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de febrero de 2016.- Crecemos construyendo historias por lo que nos contaron cuando éramos niños o niñas, historias que nos volvemos a contar como adultos y adultas cuando nos relacionamos por cómo aprendimos a hacerlo con las relaciones que tenían las personas significativas en nuestra vida, escuchamos cuentos, vimos películas y telenovelas, leímos y sobre todo, estuvimos presentes en la relación de los padres que tuvimos, ya sea juntos o separados, luego crecimos y tuvimos experiencias que corroboraron que las relaciones son de determinada manera, y entonces, fuimos y somos responsables de lo que sucede no sólo en ellas sino también de lo que ocurre con nosotros en ellas.
Si aprendimos a relacionarnos equitativamente, saludablemente, y somos “felices” seguramente estamos dando este ejemplo a quienes conviven con nosotros, pero, si no, además de ser “infelices” estamos enseñando a otros a serlo.
Si el amor y las relaciones de pareja no estuvieran tan vinculados al dolor comprenderíamos que no sólo se trata de restaurar corazones rotos, los corazones rotos se curan, e inevitablemente alguna vez aparecerá la decepción, pero de ahí a vivir sufriendo por amor hay una inmensa diferencia… aprender a amar sin relacionar el amor con el sufrimiento. ¿Cómo? En primer lugar sintiendo amor por la persona que somos, es el amor propio el que nos prepara para amar a otros, sin este solo se busca a alguien que compense esa falta, y con esto se establecen relaciones de dolor, de maltrato, dependencia y sufrimiento.
Es fundamental que los niños y las niñas se conciban como seres humanos dignos de amor y respeto sabiendo que los y las demás también lo son, que como adultos insistamos en construir relaciones de amor o por lo menos de respeto, que sepamos solucionar conflictos o finiquitar adecuadamente las relaciones que ya no pueden mantenerse y no esperar a que llegue la tormenta para no saber qué hacer en ella.
El amor y las relaciones de pareja no deberían ser primordialmente tema de tristeza, dolor y mucho menos de temor… ¿Qué podemos modificar en nosotros mismos para relacionarnos mejor? ¿Cómo queremos que sean las relaciones de pareja de nuestros hijos e hijas en el futuro?… Por supuesto, nos hemos equivocado, tal vez tengamos que modificar ciertas creencias y actuar distinto para mirar y vivir las relaciones de otra manera, una en que el amor no duela, si duele y destruye no es amor.
Enamorarse es el camino para llegar al amor, y no es necesario sufrir, ni “aguantar”, ni dejar media vida en el intento… ¿Cómo es una relación de pareja emocionalmente saludable? ¿Qué necesitamos para construirla?
¿Y si dejamos de sufrir por amor y empezamos a disfrutarlo?… Se requiere amor propio para aceptar que no te quieren, para entender que hay relaciones que no funcionan, que no hay justificación para obligar ni someter a otro para que te ame, que tu valor personal está intacto aunque una relación termine y recordar que el amor está libre y lejos de la violencia.
@Lorepatchen
Psicoterapia y Coaching
Entre Géneros, jueves 8 PM por 98.1 FM