Rescata Profepa a jaguar en Pacula en estado de salud crítico
PACHUCA, Hgo., 23 de febrero de 2016.- En la huasteca hidalguense, la pobreza y la falta de oportunidades ha dejado un panorama repleto de familias olvidadas, mujeres desprotegidas y hombres emprendiendo un viaje a tierras lejanas, en busca de posibilidades laborales que les ofrezcan mejorar su calidad de vida.
Las condiciones que persisten en esta zona del estado, ha obligado a los hombres a dejarse llevar por trabajos mal pagados, lejos de su tierra y muchas veces siendo víctimas de fraude; dejando a sus familias desprotegidas y en el abandono, mientras buscan un ingreso económico que, lejos de ser bien remunerado, los convierte en sujetos vulnerables de la trata de personas y los esclaviza a extensas jornadas laborales.
En Huejutla, Atlapexco, Calnalí, Tlanchinol, Huzalingo y otras localidades, suenan en las estaciones de radio locales más escuchadas, invitaciones por parte de “empresarios” para sumarse a equipos de trabajo que viajan a zonas del noreste del país para hacer trabajos agrícolas.
Por parte de los hombres que ofrecen empleo como jornaleros a los huastecos, los mensajes son claros y dan por hecho que los interesados van a ser bien tratados y recibirán una buena compensación salarial, por el único hecho de viajar a tierras lejanas y así llevar un sustento a sus familias.
Entre 150 y 200 pesos diarios se prometen a toda la comunidad varonil de la huasteca, dispuesta a viajar a Sinaloa, Sonora o Baja California, y hacer trabajos de agricultura, que van desde cultivar vegetales, hasta cosechar productos propios de la región. En algunas de las convocatorias, se ofrece un kilo de tortillas a cada interesado en el proyecto; lo que muestra el método al que recurren los supuestos contratistas, para aprovechar los bajos ingresos económicos de los hombres y «engancharlos» a sus pretensiones laborales.
Algunos de los afectados que cayeron en este tipo de convocatorias, han podido regresar a sus comunidades en territorio hidalguense, para convertirse en voceros de lo que se vive con las promesas que ofrecen los pseudo empresarios, quienes postulan a mismos integrantes de las regiones, para que sean ellos quienes se encarguen de recibir los papeles.
Una nota publicada el 14 de febrero por el periódico de la huasteca “Zucesos”, detalló que los trabajadores de Xochitiapan, San Felipe Orizatlan y Calnalí que viajaron hasta el estado de Sinaloa para dedicarse al corte de tomate, denunciaron explotación y fraude por parte del ‘empresario’ al volver a su comunidad. “Los afectados manifestaron que un contratista de nombre Juan Miguel, los llevó a trabajar en el corte y al cumplirse un mes del contrato este 2 de febrero, no les pagó los 30 días que laboraron, por lo que anunciaron que interpondrán una denuncia ante el Ministerio Público”, precisa la publicación.
Al sentirse vulneradas debido a la falta de ingresos económicos que comúnmente aporta su cónyuge, las mujeres se han visto en la necesidad de hacer todo tipo de trabajos, con el único fin de llevar alimento a sus hogares y subsistir en una zona que no cuenta con una infraestructura sustentable que pueda aportar a su sobrevivencia.
El fenómeno que se presenta en gran parte del territorio de la huasteca y la sierra hidalguense, se intensifica en comunidades alejadas, y a simple vista se puede ver el número preponderante de mujeres, quienes ante el miedo de ser enjuiciadas, se niegan a hablar sobre sus condiciones de vida con toda persona que se interese en el tema.
Tal es el caso de una señora de la comunidad San Juan, ubicada en el municipio de Huazalingo, quien entre dientes, con la mirada agachada y una notoria sonrisa de nervios, refirió que ella prefiere ponerse al servicio de los hombres, con tal de ganarse unos cuantos pesos para la compra de maíz, y elaborar bocoles, ya sea para su venta, o bien, para consumo personal y de su familia.
La huasteca y sierra hidalguense no son los únicos lugares en donde se presentan estos casos; a principios de año, cinco jornaleros de Apan, escaparon del norte tras ser explotados laboralmente por este mismo tipo de personas.
En Hidalgo, sólo 400 de los jornaleros agrícolas cuentan con prestaciones sociales de 80 mil trabajadores de este sector, que principalmente laboran en la zona del Valle del Mezquital, de acuerdo con estudios de María Antonieta Barrón, investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Aunque la especialista señaló existen diversas cifras oficiales sobre el número de trabajadores del campo, algunas apuntan a 100 mil; lo cierto es que, el 95 por ciento de los hombres y mujeres que se dedican a la pizca y al trabajo en el campo en la entidad, no cuentan con una incorporación al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Los problemas de salud en los campos es una de las principales afectaciones que sufren los jornaleros agrícolas. Según datos del Instituto de Estadística Geografía e Informática, no cuentan con prestaciones laborales y sociales; en caso de enfermarse, el no trabajar los deja sin recursos para ellos y sus familias.
De los 80 mil trabajadores, el 35 por ciento son mujeres, las cuales perciben un menor salario que los hombres; en esta situación, las más vulnerables son las niñas y las indígenas, las cuales perciben un maltrato laboral.