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Ráfagas: Licona el impresentable, se aferra al SUTSPEEH
PACHUCA, Hgo., 9 de marzo de 2016.- Recientemente leí un cartel que decía: “Nacer niña es tener que superar muchos obstáculos” FIDH, lo que lamentablemente es cierto, a pesar de lo mucho que se habla y se promueve la equidad de género, y del notable incremento en el porcentaje de mujeres que hoy vivimos con el resultado de la lucha de otras mujeres para hacer visibles y ejercer nuestros derechos, sigue siendo alarmante el número de mujeres que viven en circunstancias desfavorables solamente por haber nacido en cuerpo de mujer.
Y no se trata de ir tan lejos, pensando que eso ocurre en otros países, en diferentes culturas o en ciertos estratos sociales, ni que únicamente las mujeres sin preparación académica lo viven, porque eso no es cierto. Hace poco alguien me dijo: “Yo no creo que haya tanta violencia hacia las mujeres, yo no la veo a diario”, por supuesto, fue un comentario muy poco afortunado, pero, además nada informado. Mi respuesta fue, que creía no verla porque tal vez en su entorno no había mujeres maltratadas físicamente, lo que no significaba que en otros desafortunadamente sea más visible, pero, que además, esto no es suficiente para afirmar que esta no existe, que no es tanta o que no es grave, que si pudiera mirar a cada mujer con un scáner podría encontrar en la mayoría señales de la falta de equidad y la violencia de género aún más cerca de lo que su imaginación o sus propias defensas le permiten.
Penosamente con ideas como las que involucraba esa expresión se normalizan las conductas que pretenden colocar a las mujeres en desventaja, como: creer que las mujeres requieren de una pareja para ser respetadas, que su valor personal tiene que ver con su apariencia física o con su edad, que salir sola o con amigas implica ir en busca de un romance, que las madres solteras o divorciadas son responsables de la ausencia de la pareja, o que les conviene más limitarse a vivir a expensas de lo que su ex pareja decida, que una mujer que defiende sus derechos es una neurótica o una histérica (ocupando términos que nada tienen que ver con sus definiciones reales), que un “piropo callejero” no es una falta de respeto, que se llegue a pretender intercambiar un puesto laboral con una salida personal, que se cuestione la decisión de no ser madre, que se invite a la mujer a “no molestar” a su pareja con la expresión de sus necesidades afectivas y demás prejuicios y conductas que implícita o explícitamente sugieren que no aceptar lo anterior conlleva para las mujeres tener que superar efectivamente muchos obstáculos.
¿Cómo continuar construyendo y fortaleciendo la equidad?, entre diversas acciones que involucran tanto a hombres como a mujeres, es indispensable que las mujeres no aceptemos estar en desventaja, que nos demos permiso de ser, pensar, sentir y actuar de acuerdo a nosotras mismas, que derribemos las creencias que insistan en ubicarnos en un nivel inferior en cualquier área de la vida, que evitemos descalificarnos unas a otras, practicando la solidaridad entre mujeres, y que si es necesario nos reeduquemos en la forma en la que conceptualizamos el ser mujer, el amor, las relaciones de pareja, la maternidad, el trabajo dentro y fuera de casa, así como exaltar la inmensa capacidad que todas tenemos para crecer sin límites… Que nos atrevamos a vivir… A vivir sin pedir permiso ni justificar nuestro legítimo derecho a ser, existir y transitar por la vida sin ninguna desventaja.
Y por supuesto, reconocer a los hombres que participan, colaboran y reconocen que la equidad de género nos beneficia a todos y a todas.
@Lorepatchen
Psicoterapia y Coaching
Entre Géneros, jueves 8 PM por 98.1 FM