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CIUDAD DE MÉXICO, 17 de abril de 2016.- Una noche histórica e inolvidable la que se vivió este sábado en el estadio Azteca, cuando más de 80 mil personas vibraron y fueron testigos de la despedida de los escenarios del llamado Charro de Huentitán, Vicente Fernández.
Vicente no se podía retirar sin cumplir con su famosa frase: «Mientras ustedes no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar».
Así que esta noche el público no sólo no dejó de aplaudir, también cantó, bailó, bebió y lloró a lo largo de las casi cuatro horas que duró esta histórica velada escuchando todos los éxitos del querido «Chente».
El espectáculo al que llamaron «Un azteca en el Azteca, el adiós a un grande», inició a las 21:15 de la noche, y en medio del enorme escenario que se montó a un costado de la canchera del Coloso de Santa Úrsula apareció Vicente Fernández vistiendo elegante traje de charro negro, con botonaduras en oro y sombrero en color marfil.
«No me sé rajar» fue la primera de las 56 canciones que interpretó para beneplácito de la gente que no dejó de aplaudirle y acompañarlo con sus canciones de principio a fin.
El cantante tapatío estuvo acompañado de 50 músicos en el escenario, una orquesta y una veintena de mariachis, encabezado por el mariachi Vargas de Tecalitlán.
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