Ráfagas: Saqueo en Tepeji
CIUDAD DE MÉXICO, Hgo., 4 de julio de 2016.- Son muchas las enseñanzas que nos deja para México la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, pero la principal de ellas es que las locuras pueden ganar.
Y también, que no se debe desdeñar el descontento social porque puede derivar hacia cauces insensatos.
Dejar pasar los argumentos simplistas sin rebatirlos y exhibirlos en toda su oquedad, es condenarnos a una locura a partir de 2018.
López Obrador miente todos los días sin que se le confronte, y al que asome la cabeza le caen él y sus comunicadores aliados para hacerlos talco.
Hace apenas dos semanas López Obrador sacó una filípica en materia educativa en la que aseguraba que la reforma era para privatizar la enseñanza.
Y agregaba que las evaluaciones para los maestros implicaban la renuncia anticipada a su plaza de docentes.
Dos mentiras enormes que tuvieron repercusión inmediata. En Juchitepec, grupos ligados a la guerrilla se trasladaron a Nochixtlán para bloquear la carretera y enfrentarse a la policía, convencidos que defendían la educación pública: ocho muertos.
Los miembros de la CNTE tienen bloqueadas carreteras en Oaxaca y Chiapas, con lo que paralizan el abasto de alimentos y la actividad comercial, con la bandera de frenar la privatización de la enseñanza y en defensa de sus plazas… que nadie les va a quitar.
Los argumentos de AMLO no fueron rebatidos en los medios de comunicación de manera suficiente como para desmontar su falsedad.
A los pocos que escribimos sobre esas mentiras nos caen con insultos y amenazas en redes sociales, además de esgrimir el espantajo de que “estás obsesionado con AMLO”.
Al secretario que se le ocurrió desmentir esas falsedades, Aurelio Nuño, ya lo tienen contra las cuerdas pidiendo su dimisión.
Y a quien intentó poner orden en las carreteras, el secretario de Gobernación, AMLO le pide la renuncia en su mitin en Reforma, entre el coro enardecido de sus seguidores que semejaban el circo romano.
Amilanarse ante la mentira y el discurso populista de López Obrador es el peor daño que se le puede hacer a México en esta época.
Guardar silencio o tomarse a la ligera sus simplismos y amenazas, es alfombrar el camino para que gane la locura en 2018.
Otra lección que nos deja el Brexit, es que no hay que minimizar el descontento social.
Las elecciones del mes pasado fueron una fuerte voz de alerta enviada por la ciudadanía en el sentido de que hay malestar y hay agravios.
Hacer como que el 5 de junio no pasó nada es jugar en favor del triunfo de la locura.
En esta ocasión el malestar de la sociedad se canalizó a través de una alternativa democrática como es el PAN, pero nada nos asegura que en 2018 no se va a ir hacia la opción más radical que sí estará en la boleta electoral: López Obrador.
El gobierno no reacciona con rapidez ante el voto de enojo que se manifestó el 5 de junio. Los cambios pueden esperar. ¿Esperar a qué? ¿A que se sedimente aún más la inconformidad?
Corrupción, inseguridad, derechos humanos, situación económica y estado de derecho son los reclamos que están presentes en la ciudadanía.
Dejar que se acumule el descontento y hacer oídos sordos a la mentira que se esparce día a día de parte de algunos actores políticos, es caer en el error en que cayeron los británicos y el resultado fue el Brexit. Luego vendrá la desintegración del Reino Unido.
¿Eso queremos para México?