Ráfagas: Voracidad panalista
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de julio de 2016.- Apenas a un mes de haberse cumplido el 7° aniversario de los hechos de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, la herida por no tener entre nosotros a 49 infantes, casi bebés, sigue abierta, latente, punzante y acrecentando la incertidumbre y frustración de la sociedad civil en su conjunto, pero obviamente en mayor medida, de los padres de estas criaturas, quienes sin descanso, continúan denunciando los crímenes de que han sido víctimas, sin encontrar el castigo a los principales culpables.
En resumen, el fatídico 5 de junio de 2009, un incendio que inició en una bodega de papelería que el gobierno estatal sonorense arrendaba en el mismo edificio de la guardería ABC, alcanzo en cuestión de minutos las instalaciones donde diariamente más de 220 niños eran confiados por sus padres a una estancia infantil subrogada (concesionada) a particulares entre los que figuran nombres como los de familiares de integrantes del gabinete del ex gobernador de Sonora, Eduardo Bours y de la esposa del espurio ex presidente Calderón, ahora con cínicas aspiraciones presidenciales, por lo que ninguna instancia federal o estatal tuvo los arrestos para llevar a juicio a los copropietarios de la guardería.
Varios investigaciones se realizaron, pero como siempre y como también sucedió con los 43 de Ayotzinapa, nadie en su sano juicio podía confiar en los peritajes oficiales, por lo que se solicitó un peritaje independiente (el segundo) que realizo el perito y consultor estadounidense David Smith el 4 y 5 de enero de 2010, determinando en el mismo, no haber encontrado indicios de actividad eléctrica (como aseguraba el 1er peritaje de PGR), como causa del fuego, hallando evidencias de que el fuego pudo haber iniciado de forma intencional en cajas de archivo en la bodega. La labor de peritaje de Smith fue integrada formalmente al expediente del incendio por la PGR. El 13 de mayo de 2010 en una visita a Hermosillo el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez-Mont, incluso respaldó la hipótesis del incendio provocado. El motivo, ahora se sabe principalmente por investigaciones periodísticas, pudo obedecer a una indicación del mismo Bours para incendiar y desaparecer los archivos que demostrarían un desfalco multimillonario de tantos que se afirma, fueron cometidos en su administración. Con rapidez el fuego consumió materiales flamables que pasaron a la guardería y sorprendieron a los pequeños durante la siesta, lo que cobro la vida de 49 de ellos.
El resto es historia.
En una interesante charla telefónica, este pasado fin de semana, una de las principales promotoras de la búsqueda de esa anhelada justicia, Patricia Duarte Franco, madre de Andrés Alonso García Duarte, una de las víctimas, me platicó como ha construido desde entonces un incesante e incansable activismo por los derechos humanos, el derecho a la justicia y muy en especial enfocándose en honrar la memoria de su pequeño, buscando que haya repercusiones positivas como la Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil, mejor conocida como “Ley 5 de Junio”, misma que fue impulsada por un compacto pero bien cohesionado grupo de padres y madres activistas del cual forma parte activa y que está enfocada, como consigna su artículo 1, en que es una Ley de orden público, interés social y observancia general en el territorio nacional y que tiene por objeto establecer la concurrencia entre la Federación, los Estados, los Municipios, el Distrito Federal (ahora CDMX) y los órganos político-administrativos de sus demarcaciones territoriales, así como la participación de los sectores privado y social, en materia de prestación de servicios para la atención, cuidado y desarrollo integral infantil, garantizando el acceso de niñas y niños a dichos servicios en condiciones de igualdad, calidad, calidez, seguridad y protección adecuadas, que promuevan el ejercicio pleno de sus derechos.
Hay mucho más que comentar en torno a esta admirable mujer y maestra, y su no menos valiente compañero, José Francisco García. Patty confiesa que hace algunos años su rencor hacia los responsables, no conocía límites, pero actualmente puede decir que ya no hay odio en su corazón; a los culpables les desea larga vida, también con la esperanza de que puedan pagar con muchos años en prisión por sus delitos. Ambos tienen mucho que decir; han sido víctimas constantes de lo peor y más terrible del sistema corrupto y depredador, pero como millones de mexicanos, día a día reinician su lucha, una lucha en el camino que eligieron hace 7 años, el camino difícil, árido y sin fin de quienes no venden su dignidad.
La historia de estos personajes se mantendrá vigente, permanente, de eso no cabe duda. Ellos saben que hay mucho por lograr y son parte del ejército de mexicanos que no conocen el cansancio físico ni anímico, aun a costa de su salud o de sus propias vidas porque saben que un hijo, para la gente de buena entraña, vale cualquier sacrificio. Patricia lo demostró el 20 de julio de 2010 al increpar a un inmutable Felipe Calderón quien sentado junto con su inexpresiva e inconmovible esposa, y el corrupto y saqueador ex gobernador panista Guillermo Padrés, solo atinaban a bajarle la mirada, sin tener las agallas de dar respuesta a sus preguntas o a su desgarrador reclamo de justicia, mismo que continúa a la fecha.
Como ya lo consigne, hay mucho todavía que hablar sobre el tema, más datos y pruebas de corrupción e intento de compra de conciencias, que han sido rechazadas una y otra vez, nos platican, y que haremos públicas en breve. Hasta entonces.