Ráfagas: Otra más de la CAASIM
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de marzo de 2017.- Por supuesto que no va a ganar la elección presidencial de 2018, aunque las encuestas lo den como puntero.
Es el único destapado y en campaña. Ni modo que corra solo y vaya segundo.
Lo que le sucedió el lunes en Nueva York es una muestra de que cuando se le piden cuentas pierde los estribos.
Si alguien quiere conocer al verdadero López Obrador sólo le tiene que poner un espejo enfrente y se pondrá a gritar.
¡Cállate! Le dijo al padre de uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
En Nueva York le pasaron a López Obrador la factura de su oportunismo.
Jamás se había preocupado por los migrantes mexicanos maltratados en Estados Unidos, ni había hecho pronunciamiento alguno cuando se les mata a golpes del otro lado de la frontera por dizque resistirse a la Border Patrol, o de éste, con disparos desde la línea fronteriza.
Justo ahora que está en campaña y que el Presidente de Estados Unidos es aborrecido por la totalidad de los mexicanos, viaja a Nueva York a denunciar a Trump.
Valiente oportunismo. Nunca dijo nada cuando los agentes de la patrulla fronteriza denigraban a mexicanos indocumentados. Y ahora va a Estados Unidos a protestar por lo que Trump ha dicho que piensa hacer (en los hechos ha deportado menos migrantes que Obama en su primer mes y medio de gobierno).
Los paisanos reunidos con López Obrador en la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, en Manhattan, le recordaron que él llevó a México a Rudolph Giuliani para asesorarlo en seguridad.
AMLO no dijo ni media palabra sobre el tema. Cero capacidad de respuesta. Y optó por seguir leyendo un discurso preparado de antemano.
Giuliani, como se sabe, es asesor de Donald Trump.
Y el colmo de la intolerancia llegó cuando salió de la Iglesia de manera anticipada, pues no quiso responder a los cuestionamientos sobre Giuliani y su respaldo a Ángel Aguirre y José Luis Abarca en Guerrero, y lo encaró el padre de uno de los 43 desaparecidos de Iguala.
Antonio Tizapa, padre del normalista desaparecido Jorge Antonio Tizapa Legideño, lo abordó para preguntarle por qué había apoyado a Abarca para la alcaldía de Iguala, pues se trata nada menos que del autor intelectual del secuestro y presumible homicidio de los normalistas.
-Eres un provocador-, le contestó López Obrador al padre de Jorge Antonio.
O sea que cuando alguien le pide cuentas es un provocador.
Nunca ha tenido una respuesta para la pregunta de por qué pidió apoyar a Abarca a pesar de sus antecedentes criminales, que conocía.
Ni siquiera le pudo decir “disculpe” a uno de los padres de los estudiantes sacrificados por un grupo criminal (Guerreros Unidos), que era comandado por la esposa del alcalde Abarca y sus hermanos.
El padre de Jorge Antonio le insistió a AMLO que le explicara por qué.
Y el candidato presidencial lo frenó: “¡Cállate!”, le dijo y agregó, según testimonio del propio padre en el noticiario matutino de Ciro Gómez Leyva: “pregúntale a Peña y pregúntale al Ejército”.
Contra toda evidencia, el candidato a Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas le echa la culpa al Ejército de la desaparición de los 43 normalistas.
Esa es la mano que ha mecido la cuna siempre con ese cuento.
“¡Cállate!”, es la respuesta a la pregunta del padre de un desaparecido.
¿Ese va a ganar la Presidencia el próximo año?
Ni de chiste. Es un intolerante sin capacidad para recibir críticas en un contexto de libertades.