(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
PACHUCA Hgo., 31 de mayo de 2017.- Para evitar malas interpretaciones transcribo el significado de las palabras pulquería, cantina, piquera, antros, bares.
Pulquería: Establecimiento comercial que vende pulque (casi en extinción).
Cantina: Lugar público donde se come y bebe o donde se venden bebidas y comestibles.
Piquera: local que expende aguardiente de caña, preparado con yerbas o frutas, agua caliente o refrescos de cola.
Antros: Se usa tradicionalmente con carácter despectivo para referir ciertos lugares de ocio y entretenimiento de dudosa reputación.
En nuestros días, antro es un nombre alternativo, utilizado por los jóvenes con el que denominan los clubes nocturnos, discotecas, bares, table dance y otros, donde los concurrentes pueden bailar y consumir bebidas alcohólicas.
Bares: establecimientos para la venta de bebidas alcohólicas.
Hecho lo anterior, quiero mencionar que durante décadas los gobernadores del estado de Hidalgo y presidentes municipales de Pachuca usaron como bandera—algunos la hicieron efectiva—la prohibición de otorgar permisos para abrir nuevos centros de vicio, como se designaba a las cantinas, pulquerías, cabarés y otros giros negros.
En las décadas de 1980, el ayuntamiento de Pachuca, presidido por Eduardo Valdespino Furlong, clausuró en el centro de la ciudad algunas cantinas, y ordenó cambiar algunas a otros lugares.
Durante las décadas de 1980 al 2005, las cantinas ubicadas en el primer cuadro se contaban con los dedos de la mano.
Sin embargo, nos hemos enterado por información proporcionada por la presidencia municipal de Pachuca al reportero Víctor Varela que Pachuca cuenta con 57 nuevos bares avalados por las tres últimas administraciones municipales.
Según el reporte, el sedicente presidente municipal contratado por el PRI, Eleazar García, expidió permisos para 35 bares, de los cuales 16 fueron autorizados después de la elección del 5 de junio de 2016. Ese señor ingeniero que duró en el cargo cuatro años, siete meses y algunos muy productivos días más (para él, obviamente), despachó con cuchara grande. Ningún alcalde anterior había otorgado tan numerosas concesiones para centros de disipación.
Durante la breve administración municipal de Paco Olvera, sustituido por Geraldina García, se otorgaron cinco permisos.
De acuerdo con la nota periodística de Víctor Varela, la presidencia municipal precisó que fueron permitidos 16 bares en los primeros meses de la administración de Yolanda Tellería Beltrán, quien tomó posesión en septiembre de 2016.
Aun cuando esas decenas de bares, que en realidad son cantinas o piqueras—piqueras porque en algunos de esos exclusivos antros expenden bebidas adulteradas– no funcionan en el primer cuadro, están ubicadas en zonas residenciales y comerciales donde fluye la clientela juvenil, entre la cual sobresalen los menores de edad, hombres y mujeres, los fines de semana.
Cantinas, bares y antros, es lo mismo, sólo que antes, en las cantinas, los encargados no permitían el acceso ni servían a menores de edad, ni a mujeres ni a uniformados.
Ahora, en cambio, en los llamados antros juveniles, los muchachitos tienen la entrada franca mediante generosas mordidas a los porteros-sacaborrachos.
PACHUCA, CIUDAD DE PULQUERIAS Y CANTINAS
En la época de bonanza minera, posterior a la revolución, de 1920 a 1950, las pulquerías y cantinas proliferaron, regadas por todos los rumbos de la ciudad y mucho más cerca de los mercados y en los barrios mineros.
Fueron famosas, entre incontables nombres, “La Conga”, “Los Tres Mosqueteros”, “El Rey de Oros”, “El KCHT”, “La Rumba”, “La Vaquita”.
“Los Mariachis”, “Las Noches de Luna” –de la calle Cuauhtémoc, entre Mejía e Iglesias–. La pulquería “El Brindis” estuvo en el cruce de las calles de Guerrero y Doria, de 1924 a 1934; posteriormente se llamó “Cuatro Vientos”. Además de la famosísima “El Reloj de Arena”, en Ocampo.
En las calles de Guerrero funcionaron “La Isla de los Monos”, “El Gato Negro”, “La Gatita Blanca” y “Los Leones”, adornada en sus paredes con unos cuadros al óleo de leones gigantes.
En la calle de Jiménez, de Doria hasta Abasolo, “El Sabino”, “El Salto de la Cierva”, “La Luz”, “La Zacatecana”.
En el barrio del Arbolito: “El Gran Golpe”, “La Sangre Minera”, “La Veta de Oro”, “El Triunfo de Madero”, “El Puerto Rico”, “El Relámpago”, “El Topacio”, “El Marinero”, “El Tráfico”.