Laboratorio Público/ 100 días
PACHUCA, Hgo., 12 de marzo de 2018.- “L’amour pour principe et l’ordre pour base; le progrès pour but” — «El amor por principio, el orden por base, el progreso por fin», frase de Auguste Comte, exponente de la ideología y filosofía del positivismo. El lema lo hace suyo la Universidad Autónoma de Hidalgo, simplificado en: «Amor, Orden y Progreso». Amor como medio, Orden como base y Progreso como fin.
La UAEH ha estado a la vanguardia en la construcción del Hidalgo moderno, en la edificación de nuestras instituciones y ha sido el semillero de un gran número de exitosos profesionistas. Motivo suficiente para haberse ganado el cariño, el respeto y la admiración de todos los hidalguenses, inclusive de quienes no estudiamos ahí.
Hace unas semanas en rueda de prensa, el presidente del patronato de la UAEH, Gerardo Sosa Castelán manifestó que estaba en desacuerdo con el señalamiento de tener secuestrada a la institución desde hace 30 años, afirmando en su defensa, que la universidad es hoy una de las mejores del país. Después de enumerar algunas cifras del crecimiento de la institución, remato de forma sibilina que no la tenía atada, amarrada, secuestrada…
La esencia de la rueda de prensa, era definir su postura, por la renuncia como militante del partido revolucionario institucional. De lo ahí dicho, nadie le creyó.
Días después, los sindicatos del Personal Académico (SPAUAEH) y Único de Trabajadores y Empleados (SUTEUAEH), de la UAEH, iniciaron la huelga, bajo el argumento de no concretar acuerdos salariales y de prestaciones, donde el gobierno de Hidalgo, señalaban tenía obligación de cumplir. En realidad, lo que hicieron fue amagar, a cambio de no generar un problema social por tener a 55 mil alumnos sin clases. Toda una estrategia mediática en prensa escrita, y en redes sociales, fue emprendida, con la finalidad de implantar que todo era responsabilidad del gobierno. El objetivo, generar un boquete en la imagen del gobierno estatal.
Pero no funciono. Porque bien lo define el refrán español “Crea fama y échate a dormir”, la idea generalizada en el estudiantado, sus familias y la sociedad en general, fue que era una cuestión 100% política y una huelga falsa. A pesar de los esfuerzos por implantar en la opinión pública lo contrario.
Extender la huelga lo más posible como se tenía planeado, hubiera sido un error.
Probablemente el verdadero motivo, fue la añoranza de cuando ejercía el poder pleno, cuando controlaba los sindicatos de los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, así como en algunos municipios del estado, donde imponía a sus dirigentes sindicales. Tenía incondicionales suyos en el Congreso local, en el poder judicial y designaba diputados locales. Suyo era el poder.
Ayer como ahora, nada se mueve sin su anuencia en la universidad, pero quizá, solo quizá en el actual escenario, el lema itamita: “Por un México más libre, más justo y más próspero”, predomine sobre su interpretación personalísima del progreso universitario.
Twitter: @David_Tenorio