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PACHUCA, Hgo., 20 de marzo del 2018- La Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proespa) enfrenta un juicio de nulidad promovido ante el Tribunal de Justicia Administrativo por la empresa Aditivos Energéticos Ramírez S.A. de C.V., luego de que la titular Erika Sandra Ramírez Arce incurrió en diversas irregularidades al clausurar dicho establecimiento en octubre del 2017.
Erika Ramírez quien en febrero pasado fue blanco de críticas al presumir en sus redes sociales que a nombre de la Proespa acudió al Club de Golf Pachuca (sitio frecuentado por acaudalados empresarios y políticos) a sembrar arbolitos para embellecer el sitio, cometió otro desliz, ahora al clausurar una empresa asentada en el Estado de México, de auerdo a un informe emitido por la propia Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath).
Además de este grave error, la titular de Proespa es acusada por desconocer sus funciones y las facultades de la dependencia que encabeza, luego de ordenar la clausura de la empresa Aditivos Energéticos, “situación que ni siquiera le compete al estado, ya que las actividades de este negocio están reguladas directamente por la federación a través de la Sagarpa”, como se asienta en la denuncia cuya copia obra en poder de Quadratín Hidalgo.
El apoderado legal de Aditivos Energéticos Ramírez S.A. de C.V., Eutimio Ramírez Ríos denunció que el 20 de octubre de 2017, Erika Ramírez ordenó la clausura de dicha empresa, que tiene como dirección la localidad de Huitzila, en el municipio de Tizayuca, pero realmente está asentada en el Estado de México, según información de la Semarnath. Además de la clausura, Proespa aplicó una multa de 12 mil 78 pesos, que hoy reclama el apoderado legal le sean devueltos a su empresa.
En la querella se enumeran otras irregularidades en que incurrió la titular de Proespa, como dar fe a través de una acta de que la empresa no cuenta con autorización en Materia de Impacto Ambiental, lo cual es ilegal por ser una autoridad local, además que sus inspectores no contaban con el equipo adecuado ni con los aparatos necesarios para una diligencia.
“La Procuradora al emitir la resolución no prueba que la actividad cause desequilibrio ecológico, que rebasare los límites y condiciones establecidas en las disposiciones jurídicas aplicables a la protección al ambiente. Siendo evidente que el Inspector actuante no pudo constatar ninguna afectación al medio ambiente; y por supuesto, cuenta con elementos para poder acreditar o comprobar que hubo una afectación al medio ambiente”, establece en su denuncia Ramírez Ríos.
Reclamó que debido a la incompetencia de la Proespa en la aplicación del procedimiento administrativo que derivó en la clausura, se le deben devolver la cantidad de 12 mil 78 pesos que pagaron de multa, además queda sin efecto la obligación de exhibir los documentos requeridos ilegalmente por Erika Ramírez, como el de impacto ambiental; manifiesto como generador de residuos de manejo especial; licencia ambiental estatal; cedula de operación anual y estudio de emisiones a la atmosfera.
Otra anomalía más, es que el inspector de Proespa Armando Sosa Echeverría se negó a levantar temporalmente los sellos de clausura total temporal que fueron colocados en la caldera, molinos y en el acceso a la empresa, a pesar de la fundada solicitud que en fecha 20 de febrero de los corrientes se presentó ante la oficialía de partes de dicha Procuraduría.
Por separado, la directora de general de Normatividad Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath), Gabriela Yael Ramírez Ceballos, a través de un escrito de respuesta al demandante, evidenció a la titular de la Proespa, al señalar que la empresa clausurada ni siquiera se encuentra asentada en territorio hidalguense, “circunstancia que fue debidamente corroborada en la visita técnica realizada por personal debidamente autorizado de este dependencia”.
De parte de la Proespa no ha habido respuesta y en cambio sí cerrazón y veto a los medios de comunicación que han exhibido la incapacidad de la titular Erika Ramírez.