Ráfagas: Denuncian corrupción en Tribunal de Arbitraje Laboral
PACHUCA, Hgo., 5 de septiembre de 2018.- El nombre de esta columna guarda similitud con el libro de ensayos de Vargas Llosa, pero tristemente no aborda ningún tema literario. Y es que déjeme explicarles queridos lectores, no encontré palabras más precisas para definir la pretensión del diputado Humberto Veras Godoy de engañar a la opinión pública.
Explico, el día de ayer se instaló la LXIV legislatura donde la fracción del partido Morena es mayoría, no obstante se votó a favor de que la diputada priista María Luisa Pérez Perusquía fuera la coordinadora del Congreso del Estado. Y la presidencia de la mesa directiva del mes de septiembre corresponde al ex rector de la UAEH. Una vez conformada la mesa directiva el diputado Veras Godoy llamó a un receso indefinido, aunque en sus facultades, dicho coloquialmente “reventó la sesión”, precisamente “antes” de que se tocara en el pleno la asignación del presidente de la Junta de Gobierno, “que ya se había decidido en la persona de Pérez Perusquía” para los tres años del periodo que les toca representar.
Dicho de manera clara trato de “engañar” a la opinión pública, a pesar de que ya se había pactado en privado por todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso. Pero en público optaron por poner en escena un drama para que toda la bancada y sus acompañantes abandonaran el recinto, y ya sin la presencia del respetable (público) “doblarse”.
¿Tendrá parte de la bancada morenista en el Congreso altura de miras para legislar a favor de los hidalguenses, sin algún peso político externo que inhiba la toma de decisiones? Y por inhibir se entiende “congelar” por completo algún proyecto legislativo – no sólo posponerlo para después retomarlo y, de todos modos, aprobarlo – o cancelar un proceso o acto de gobierno (como una sesión del Congreso).
La ironía de la pregunta no debe perderse de vista: por primera vez en varias décadas, no se pone en duda la capacidad de operación del Congreso para aprobar una iniciativa en el proceso legislativo; donde afortunadamente prevalecerá la razón sobre la irreflexión de unos pocos. Lo que se pone en duda es la carencia total de oficio político e injerencia de intereses externos que afectan la viabilidad de la vida política en el Congreso.