Así no, presidenta
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de octubre de 2018.- Extra, extra, adiós al ecocidio en Texcoco y hola a la opción en Santa Lucía, decisión que definieron cientos de miles de ciudadanos que si bien es cierto la gran mayoría no son expertos en aeronáutica, tampoco son ajenos a la incesante e insultante corrupción de los gobiernos del PRI y del PAN que por décadas se han servido de las posiciones en el gobierno para saquear al país, por lo que desconfiar de una eventual y poco probable honorabilidad por parte de los políticos de estos partidos, así como de que los empresarios amigos de Peña Nieto puedan ser personas honestas y que invertirían su propio capital en el proyecto de Texcoco, no es gratuito, así como tampoco son ciegos ante la descabellada, amañada y ofensiva mega obra, anti ecológica y ultra corrupta que tan solo en su muy básico inicio (20% de avance), ya había sido “subvaluada” y resultó requerir un 120% más de lo inicialmente calculado (situación que se presenta invariablemente en cada obra gubernamental), lo que hace pensar que o así se programan las cosas intencionalmente para justificar los atracos de políticos y desarrolladores, o de plano los ingenieritos que proyectan las obras son verdaderos imbéciles profundos y les es imposible calcular y programar costos de manera efectiva.
De hecho, la historia de tranzas, saqueos, robos de cientos de miles de millones de dólares y pesos al pueblo, los desfalcos al erario público y un sinnúmero de vejaciones infringidas a la población en casi un siglo de prianismo, por sí mismas serian ya motivo suficiente tanto para desconfiar del proyecto como para que los votantes interesados castiguen sin piedad a quienes tanto los han defraudado y traicionado arteramente.
Caso aparte será el “después de la consulta y la decantación popular a favor de la opción en Santa Lucía”, situación que tendrá muy alterados a los personajes nefastos de la política y de las inversiones multimillonarias hoy frustradas, dueto este que con seguridad recurrirá a cuanta opción de contraataque y descalificación puedan ejercer sin importarles la población ni el país, y sí solo sus escandalosos y oscuros negocios.
En contraparte, la otra noticia que también acapara las primeras planas de los diarios y de la mayoría de los medios es sin duda el tortuoso paso de los migrantes hondureños por México en su ruta hacia los Estados Unidos y de lo cual comenzamos a dar cuenta en la columna de la semana pasada.
Hoy este otro suceso que acontece en un trascendente momento político interno e internacional, es de sumo cuidado abordado por los distintos actores políticos que con él se relacionan.
Peña Nieto ofreció un frágil plan de regularización migratoria e incluso laboral que sus destinatarios despreciaron por ser ambiguo y distante al objetivo de los propios migrantes.
Trump reaccionó de manera muy fiel a su esencia, atacando y descalificado a la caravana de forma insultante, xenófoba y clasista, incrementando y promoviendo reacciones de ese corte entre la población y haciendo resurgir al beligerante y grotesco grupo de los minutemen que armados hasta los dientes pretenden desplegarse a lo largo de la frontera, sumándose a los 2 mil elementos destacamentados en la frontera con México y a los cuales se adicionarán 8000 más en los próximos días.
AMLO por su parte y aún sin tomar formalmente las riendas del país, ofreció un programa a los migrantes hondureños, que resulta ser mucho más ad hoc a su necesidad de una vida nueva y de paso se vistió de gala al haber sido el primero en reaccionar ofreciendo el apoyo de la que será su administración a partir del primero de diciembre.