Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
PACHUCA, Hgo., 6 de noviembre de 2018.- Han transcurrido apenas dos meses desde que la ex dirigente del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, fue liberada de prisión acusada de los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada ante la falta de pruebas en su contra, por lo que en el interior del magisterio hay algunas corrientes que claman el regreso de la llamada “maestra”, quien estuvo al frente del sindicato más grande del país por 24 años.
La famosa lideresa sindical incluso refirió públicamente que sigue siendo la responsable del SNTE, pues ha afirmado que cuenta con el apoyo del magisterio y Juan Díaz de la Torre, su mano derecha durante sus últimos años en el sindicato, sólo ha utilizado el dinero para tratar allegarse voluntades.
Juan Díaz de la Torre que llegó a la dirigencia del SNTE en 2013 no ha podido construir una estructura de apoyos incondicionales como sí lo hizo Elba Esther Gordillo, quien por medio de su capacidad de gestión política consolidó su poder en sus lealtades, las mismas que callaron durante cinco años y esperaron el momento ideal para que su lideresa regresara y parece que el tiempo ha llegado.
El SNTE se ha convertido en la joya de la corona, porque conglomera a una estructura de casi un millón de docentes de educación básica, razón por la cual la propia Elba Esther pudo crear su propio partido—Nueva Alianza—cuando ya no compaginó con los intereses del priísmo en 2006 con Roberto Madrazo a la cabeza del “Tricolor”.
La maestra fue conocida como la mujer más poderosa de México, razón por la cual los presidentes de México tuvieron que negociar con ella para obtener su apoyo, pues con una base magisterial utilizada como brazo político supo recibir trato preferencial de Los Pinos tanto con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) como del Partido Acción Nacional (PAN).
Elba Esther Gordillo fue nombrada secretaria general del SNTE en sustitución de Carlos Jonguitud Barrios, quien estuvo a cargo del magisterio durante entre 1974 y 1989, cuando el entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, decidió renovar al sindicato con una persona más afín a su proyecto político.
Desde entonces la maestra entendió que la relación entre el poder presidencial y el magisterio era benéfica para ambas partes y paulatinamente fue cobrando más y más fuerza a tal grado que los candidatos a la presidencia tuvieron que contar con su respaldo para tener asegurada una importante cuota de electores.
Aunque el PRI fue perdiendo adeptos a nivel nacional en los últimos años de los noventa, la lideresa fue fiel hasta cierto punto a su partido, pues negoció y vendió su amor caro al presidente de la primera alternancia democrática de México, Vicente Fox Quesada, quien supo tratar correctamente a la maestra para evitar algún conflicto con el magisterio, aunque esto le provocó mayor confrontación con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que hizo un histórico plantón en Oaxaca que paralizó a la capital de dicha entidad.
En la cerrada disputa por el poder presidencial en 2006, la lideresa del SNTE se acercó primero a Andrés Manuel López Obrador, pero las negociaciones no fructificaron y ello provocó que se uniera a la causa de Felipe Calderón, por lo que en su sexenio fue una de las beneficiadas con distintas prebendas e incluso en la campaña presidencial de 2012 apoyó a Enrique Peña Nieto, pero existieron diferencias en las que el ex gobernador del Estado de México cobraría revancha una vez que llegara a la presidencia.
Peña Nieto decidió terminar con el poder de Gordillo y ordenó que la Procuraduría General de la República (PGR) investigara y fincara responsabilidades a la maestra, por lo que fue detenida el 26 de febrero de 2013 y desde entonces el magisterio recayó en Juan Díaz de la Torre.
Pero Gordillo como buena ajedrecista supo jugar sus piezas y comenzó a apoyar a Andrés Manuel López Obrador, quien entendió que la cerrazón que tuvo en 2006 no podía repetirse y aceptó el respaldo de los seguidores de la maestra a través de Fernando González y Rafael Ochoa, por lo que una vez que el tabasqueño ganó la contienda presidencial la fuerza de Gordillo se robusteció y ahora Díaz de la Torre corre riesgo de perder el SNTE.
Nota aparte: La paciencia ha sido una virtud política que Elba Esther ha mantenido y por ello ha sabido esperar el momento ideal para retornar al SNTE con un gobierno que parece que no hará nada para ayudar al abandonado Díaz de la Torre.