Así no, presidenta
PACHUCA, Hgo., 27 de noviembre de 2018.- La semana pasada el Partido de la Revolución Democrática (PRD) volvió a ser el centro de los reflectores de la prensa nacional al ocurrir una serie de confrontaciones entre los grupos que ahora están extintos del Sol Azteca para tratar de reconfigurar a la estructura política para 2019, sin embargo, desde hace algunos años dicho instituto dejó de representar una opción real para la ciudadanía.
Aunque ya comentamos en esta columna que el Sol Azteca fue la segunda fuerza política del país, en la actualidad está al borde de la extinción y sus propios fundadores han reconocido que en caso de continuar con esta debacle podrían perder el registro en 2021 tras las elecciones federales intermedias, por lo que tratan de evitar el hundimiento de un naufragio casi inevitable.
Los líderes morales del PRD han abandonado al partido y como aves de rapiña los grupos internos han tratado de obtener el control del Sol Azteca, que aunque ya no es uno de los partidos más importantes, las prerrogativas que recibe son el alimento necesario para mantener a estructuras clientelares que únicamente sirven para debilitar o fortalecer alianzas, dependiendo sus misiones.
Fernando Belaunzarán ha sido uno de los críticos más representativos del PRD y la crisis que lo aqueja e incluso algunos lo colocan como el próximo aspirante a la dirigencia nacional del Sol Azteca que también podría cambiar de nombre en 2019, no obstante, el ex diputado federal fue señalado por no ganar la contienda electoral del pasado 1 de julio en su distrito, por lo que no sería la opción más adecuada para dirigir al partido.
Algunos señalan que el futuro inmediato del PRD se encuentra en la desintegración y separación de sus miembros, no obstante, para volver a configurarse como una opción real en las preferencias de la ciudadanía será cambiar la imagen deteriorada que existe del instituto y de sus líderes, por lo que verdaderamente se tendrá que democratizar un partido que paradójicamente, como lo dicen sus siglas, pregona la revolución democrática.
Mientras que las diferencias entre perredistas sean notables y las noticias que se produzcan sobre el mismo sean negativas, la tumba del Sol Azteca está cada vez más cerca, la disciplina que debe prevalecer entre las filas de un partido político y que le sirvieron en su tiempo al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y al Partido Acción Nacional (PAN), y ahora al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ahora la debe buscar el Sol Azteca que fue uno de los mayores perdedores de la pasada contienda electoral.
El PRD requiere de un rejuvenecimiento en todas sus filas para mostrar una imagen más fresca y dinámica hacia los electores, por lo pronto el camino a la reconstrucción parece difícil, más cuando la hegemonía electoral la tiene Morena, el partido que tras crearse en 2012 ahora es la principal fuerza política del país y que tendrá la posibilidad de consolidarse durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, mientras que el PRD deberá evitar convertirse en un nuevo Movimiento Ciudadano (MC) que se encuentra a la deriva como partido satélite que no abona a la democracia nacional.
Los gobernadores emanados del PRD se han mantenido muy callados con respecto a la crisis que está viviendo el partido, pareciendo que llevan agua para su propio molino y venderse al mejor postor, tomando en cuenta que la hegemonía la tiene Morena.
La línea entre ser un partido de vanguardia y uno satélite parece cada vez más delgada en un país que optó por una fuerza política predominante y la segunda fuerza quedó sumamente rezagada, mientras que el resto están prácticamente desaparecidas.
Por lo pronto los militantes del PRD están al borde de la salida del partido, muchos desean migrar a Morena, pero Regeneración Nacional cerró sus afiliaciones para evitar el oportunismo político tan frecuente en los institutos en extinción.
Nota aparte: Hay algunos partidos que definitivamente están buscando la manera de seguir viviendo de las prebendas electorales como el Partido Nueva Alianza (Panal) que busca su registro como partido local en 21 entidades, entre ellas Hidalgo, por lo que la bonanza del sistema partidista de México permite que muchos sigan viviendo de falsas opciones para la ciudadanía.