Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
PACHUCA, Hgo., 4 de marzo de 2019.- La Real Academia Española de la Lengua define al adjetivo : desproporcionado (a), como “que no tiene la proporción conveniente o necesaria; que carece de armonía o simetría”.
El adjetivo se encuentra hoy en el primer circulo de la presidenta municipal de Pachuca, Yolanda Tellería para calificar la huelga, que vive la ciudad capital.
La filtración del sueldo del dirigente sindical Percy Espinosa y del detalle de algunos de los beneficios con los que cuenta el sindicato de burócratas del ayuntamiento, busca deslegitimar el recurso de huelga: además de repetir cada que le es posible, que el sindicato es de filiación priista. Y que, las acciones emprendidas son con mira a las elecciones municipales el año entrante.
El problema no es político, ni siquiera económico. Es absurdo que edil repita que el dirigente del sindicato, pretende un aumento del 17 %, cuando en cualquier mesa de negociación se espera una contrapropuesta, la cual debe ser acorde a la capacidad de las finanzas del gobierno municipal, y a las necesidades de los 1423 trabajadores del municipio,
Pretender que una huelga es más o menos legítima acusando que el sindicato pretende el 17 % de aumento como postura final y única, es una perversidad política.
La reiterada postura de la munícipe de litigar la huelga en los medios, en lugar de resolver en el conflicto en la mesa de negociaciones de la autoridad competente, implica desconocer primero, que hay mucho más que una reivindicación meramente salarial, y que el derecho de huelga va vinculado al más íntimo derecho a la protesta y a la reivindicación dentro de la relación laboral, si no también la pretensión de infundir en la ciudadanía la percepción de la voracidad del sindicato. Evidencia de que efectivamente sí hay un interés electoral, pero por parte de la alcaldesa panista.
Además de una desproporcionada y reiterada incapacidad de la autoridad municipal para el dialogo.