Aprueba Pachuca presupuesto de egresos, solo 116 mdp para obra pública
PACHUCA, Hgo., 17 de julio de 2019.- No hay siquiera registro de una fecha precisa en la que haya dejado de funcionar el reloj de flores ubicado en el Parque Hidalgo de esta ciudad.
En el que fuera uno de los lugares más concurridos y por mucho, el icónico de la ciudad, el Parque Hidalgo, ya nadie puede consultar la hora en el otrora bello reloj ubicado en uno de sus paseos.
En lo que fuera parte de los anexos del ex Convento de San Francisco, hacia 1862, se comenzó la construcción del parque que se inauguró 20 años después con el nombre de Parque Porfirio Díaz.
La fuente, el quiosco y un reloj adornado con flores multicolor, además de los bustos en sus esquinas son parte representativa de este pulmón de la capital hidalguense, que aunque conserva su arbolado, ha perdido ya atractivo para la población actual.
Por la temporada vacacional, aún llegan familias a divertirse con niños y niñas en los juegos y en enormes juguetes inflables que comerciantes instalan en el pasillo más ancho, pero ya nadie consulta el viejo reloj de flores.
Tampoco hay quién recuerde o pueda decir desde cuándo no funciona y, por el auge de los teléfonos móviles, no importa a muchos más allá de su rehabilitación por mera vista para el parque.
El que fuera uno de los espacios más concurridos en los fines de semana del siglo pasado ha sido sustituido por otros más céntricos, con mayores atractivos y actividades recreativas e incluso las caminatas por sus pasillos fueron cambiadas por las que ahora adolescentes y jóvenes realizan en novedosos centros comerciales, aunque eso sí, sus bancas siguen siendo frecuentadas por románticas parejas de vez en vez, sus canchas por unos cuantos jóvenes deportistas y su fuente, que llega a funcionar algún fin de semana, recuerda aún mejores días.
El reloj, en tanto, continúa verde, pero ya con muy pocas flores en su carátula, desaliñado en la poda de las plantas que resisten el tiempo y olvidado por quienes aún utilizan el mobiliario de mesas y bancos para una plática trivial o un descanso para tomar alimentos. Por fortuna, el mantenimiento en sus jardines y sus paseos sigue siendo constante y se mantiene limpio.