Explica Profedet cuándo y cuánto debes recibir de aguinaldo 2024
PACHUCA, Hgo., 3 de diciembre de 2019.- Caracterizado por ser el mes en que los gastos se guían más por la emoción que por la planificación, diciembre puede generar que se experimente estrés financiero.
En México, una persona con este tipo de estrés pasa alrededor de 13 horas al mes pensando en sus problemas económicos, y es que cuatro de cada diez mexicanos admite que la mayor parte de su sueldo está destinado al pago de deudas.
De ello habló el experto en finanzas personales Dante Teytud al referirse a que está temporada de fin de año “deja al descubierto la personalidad derrochadora de muchos mexicanos que dejan la consciencia y la planeación a un lado y dan paso a esa sensación de que el dinero no es suficiente”.
No obstante, explica, hay un punto donde esa sensación comienza a generar problemas en distintos ámbitos de la vida y se le conoce como estrés financiero.
Dicho estrés se caracteriza por ansiedad y tensión nerviosa permanente en los trabajadores, lo que genera un impacto negativo en su rendimiento, productividad y estabilidad laboral. Tan solo en América Latina el 76 por ciento de los empleados son afectados por esta inseguridad financiera, anota.
Actualmente el estrés financiero es un malestar que muchos trabajadores enfrentan y se presenta cuando hay problemas de acceso financiero para llevar a cabo sus planes o incluso su vida cotidiana.
En estas épocas decembrinas, es muy común que experimenten la sensación de no tener acceso a fuentes de financiamiento o que los gastos son mucho más grandes que lo que se percibe; sin embargo, antes de entrar en pánico primero tenemos que hacer un diagnóstico de la situación financiera para después buscar solución acorde a nuestras posibilidades, puntualizó el experto.
Para saber si se está en una situación de estrés financiero, basta responder sí a dos o más de las siguientes situaciones:
Restricción de gastos: es normal que una fracción de los ingresos se destine a los pagos de la cuenta corriente como la renta, luz, agua, entre otros y ese dinero sea intocable; sin embargo, es preocupante cuando los gastos se restringen de forma total, es decir, ya no se quiere gastar ni en un desayuno modesto o una salida ocasional con un ser querido.
Contar hasta los centavos: se llega al punto de contar hasta las monedas de 50 centavos para completar los pasajes, porque ya se llegó a un punto que no está alcanzado el presupuesto.
¡No sé qué hice con mi quincena!: seguramente esta frase es muy familiar porque pasa que se realizó el depósito de la quincena, pero en cuestión de tres o cuatro días el dinero se ha agotado, ¿qué está pasando? Evidentemente hay una muy mala administración financiera y esto generará estrés y preocupación, ya que el sueldo se está destinando al pago de deudas y a otros gastos no planeados.
Si los gastos no permiten el ahorro, ese es el semáforo en rojo que se necesitaba para afirmar que hay estrés financiero. Ahorrar va más allá de ser una actividad, es un hábito que traerá más beneficios a la larga, autonomía y solvencia económica.
Si las casas de empeño ya se consideran opción, es el momento de pensar seriamente en la situación financiera y buscar opciones que se ajusten al caso personal.