Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
PACHUCA, Hgo., 12 de marzo de 2020.- Nadie podría poner en tela de juicio que México no es el mismo en tan solo dos días. Que aquellas mujeres que cimbraron al país este 8 de marzo al salir a las calles y el 9 al hacer lo contrario, sin duda marcan un parte aguas en la lucha por la igualdad y la seguridad.
Nadie tiene derecho a señalar las formas porque si decimos que la violencia genera violencia entonces nos están dando la razón, toda vez que las mujeres por años hemos sido violentadas.
Existen muchos tipos de violencia, pero la explicación a fondo les sale mejor a las especialistas en temas de género. Debo confesar que no solo he sido testigo, sino también víctima de violencia de género, y mediante muchas mujeres he conocido de cerca diversos casos de acoso laboral, sexual, discriminación y golpes.
Podría pasar horas escribiendo historias de mujeres violentadas, con fechas, nombres y apellidos; todos hemos escuchado a las manifestantes de todo el País repetir los nombres de miles de mujeres asesinadas y desaparecidas. Hemos conocido historias que nos mueven el alma, hoy esas manifestantes son la voz de las que ya no están, al mismo tiempo que abren la brecha para que las futuras generaciones puedan gozar de más beneficios y libertad.
Pero no podemos dejar de lado que aún hay muchas mujeres que viven día con día violencia y nadie las ve, nadie las escucha, porque muchas de ellas no son conscientes de que no es normal que las maltraten. Caso concreto el que viven muchas mujeres indígenas que si bien los gobiernos les han acercado servicios médicos ellas tienen prohibido por sus parejas utilizar métodos de anticoncepción y de planificación familiar.
O qué tal aquellas mujeres servidoras públicas de los diferentes niveles de gobierno que son acosadas por sus compañeros y jefes inmediatos y que no tienen voz porque saben que pueden perder sus empleos. Pocas han sido las que han denunciado en las instancias correspondientes y esto me lleva a preguntar: ¿Cuántos servidores de los 3 niveles de gobierno han sido cesados por acoso?; en el caso de las sexoservidoras ¿de verdad usted cree que todas ellas están por gusto? ¿de verdad merecen esa vida?.
Como mujeres debemos aprovechar esta coyuntura para unirnos de forma real, para sumar esfuerzos sin importar clases sociales, adoctrinamientos religiosos, culturales o políticos, porque a los que nos acosan, nos violentan y nos matan eso no les importa.
Debemos recordar que esto no es una lucha de géneros, es una lucha por la equidad, que los enemigos no son los hombres, nuestro enemigo es el tremendo grado de descomposición social.