Alertan transportación de lodos contaminados de canal Tula en zona urbana
PACHUCA, Hgo., a 6 de mayo de 2020.- “La pandemia de Covid 19 ha demostrado el valor sanitario del plástico y su utilidad en la vida diaria de las personas. Lo que es urgente es una correcta disposición de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), ya que México no cuenta con infraestructura o cultura del reciclaje y separación para hacer frente al consumo de plástico”, sentenció Carlos Álvarez, presidente de la asociación México Comunicación y Ambiente (MCA).
Con 35 hornos cementeros, precisó, Hidalgo podría disponer, sin riesgos para la salud, de 15 millones de toneladas de residuos plásticos con valor calórico que serían incinerados y aprovechados para el trabajo de las cementeras produciendo energía limpia, evitando que los mismos terminen en los tiraderos a cielo abierto, lo cual pone en riesgo de contagio a la población.
En entrevista con Quadratín Hidalgo, el activista y experto en tratamiento de residuos insistió en la urgencia de contar con políticas públicas en todos los niveles de gobierno que, más allá de prohibir los plásticos, permitan el aprovechamiento de éstos a través de tecnologías limpias que permitan la generación de energía limpia y alejar a la industria del consumo de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el coque de petróleo.
Álvarez Flores consideró que hace falta la coordinación y voluntad política de los gobernantes para resolver la gestión integral de residuos que, durante la pandemia, resulta ser un tema que no se aborda pese a su importancia.
Según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), dijo, hasta ahora se han generad alrededor de 300 toneladas de residuos infecciosos como cubrebocas, guantes y batas, a razón de 2.2 kilogramos por enfermo, que deben separarse correctamente en bolsas de plástico.
No obstante, quedan cabos sueltos con los pacientes que son tratados en casa y cuyos residuos van directamente a los tiraderos sin la debida separación, ya que la población no tiene la cultura para realizar la misma, convirtiéndose en un foco de infección hasta ahora descuidado.
En un panorama supuesto, señaló que el Gobierno Federal podría ordenar que los residuos plásticos e incluso los biológico infecciosos como batas, guantes, cubrebocas, cofias, caretas, entre otros, se entregaran para su revalorización a los hornos cementeros o las termovalorizadoras.
Asimismo, consideró la posibilidad de que la propuesta viniera desde el gobierno hidalguense, pero, dijo, hace falta comunicación y coordinación nacional, pues Hidalgo desperdicia dos mil millones de pesos en el manejo de residuos sólidos que no se separan, se aprovechan, ni se acopian.
Aunque el Gobierno Federal podría tomar la iniciativa de que la fracción inorgánica de residuos valorizables fuera a los hornos cementeros, el gobierno de Hidalgo también tiene la posibilidad de promover esta acción, pero, en cambio, las cementeras han parado casi en su totalidad.
Finalmente, consideró que todos los niveles de gobierno han sido rebasados por esta situación, pues los ayuntamientos no separan debidamente los residuos posiblemente contagiados, que debieran tratarse en conjunto con los de los hospitales, y tampoco hay un acercamiento con los empresarios, quienes estarían complacidos de recibir tanto combustible alterno como se les ofrezca, pero no hay una coordinación en medio de la emergencia más importante del último siglo.