Así no, presidenta
PACHUCA, Hgo., 2 de Junio de 2020.- Seguramente habrá quien en estos momentos tenga como parte de sus preocupaciones el proceso electoral para la renovación de los 84 ayuntamientos, hoy en suspenso por consecuencia de la pandemia que nos ha metido a la gran mayoría en confinamiento, pero la gran mayoría ubicará, quizá, este asunto en el último punto de sus prioridades, pues los dos temas centrales son proteger la salud y tener dinero para aguantar la cuarentena, hasta en tanto volvamos a la “nueva normalidad”.
Bajo esta perspectiva, los 11 partidos políticos y sus candidatos, los organismos electorales y los tribunales encargados de dirimir posibles conflictos poselectorales, tendrán que trabajar doble o triple, si quieren llevar a buen puerto este proceso que no se puede cancelar y que tiene como fecha fatal el 5 de septiembre, cuando por ley deban renovarse los ayuntamientos.
De acuerdo con cifras oficiales, a marzo de este año, el padrón electoral es de dos millones 197 mil 740 ciudadanos y el listado nominal, de dos millones 192 mil 569 ciudadanos mayores de 18 años, en condiciones de votar.
De esos casi 2.2 millones de sufragantes, un porcentaje menor es de quienes dirigen un partido político, participan en los órganos electorales y en los tribunales, serán candidatos, representantes de casilla y en consecuencia a ellos sí les incumbe y les preocupa que ya haya elecciones.
Todos ellos, seguramente, tiene algún ingreso fijo que les permite soportar la pandemia provocada por el SARS.CoV-2 y esperar pacientemente a que las autoridades sanitarias determinen que ya es posible volver a las actividades cotidianas, suspendidas hace ya más de 80 días y que en Hidalgo se prolongarán debido a que los primeros casos nos llegaron con un mes de retraso, con respecto de otras entidades, sobre todo del centro del país.
Pero, la gran mayoría de hidalguenses, especialmente aquellos que viven al día y laboran en la informalidad (nada más el 75 por ciento de la Población Económicamente Activa) seguramente que tienen otras preocupaciones y lejos de sus prioridades está pensar en la persona por la que votarán cuando haya comicios. Es más, ni siquiera pensarán en votar pues sus necesidades básicas no están cubiertas por culpa del coronavirus y las consecuencias que los han orillado al confinamiento sin posibilidad de ingreso alguno.
Por tanto, convencer a ese ciudadano a que se interese por el proceso electoral, escuche las propuestas de partidos y candidatos, será una tarea mucho más complicada, que como se había calculado allá por diciembre del año pasado, cuando comenzó formalmente el proceso para la renovación de los 84 ayuntamientos.
Más complicado será aún, si se considera el desprestigio que arrastran partidos y políticos, una condición que arrastran por lo menos desde hace una década y lo que hacen no alcanza para recuperar la confianza ciudadana.
Por tanto, la máxima publicidad, será una herramienta de la que tendrán que echar mano autoridades electorales, partidos y candidatos, si es que quieren que el ciudadano se interese en sus propuestas, en participar en la contienda electoral y, sobre todo, acuda a las urnas el día que el coronavirus lo permita.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.