Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
Ningún partido político en la historia de México ha logrado en seis años lo que ha alcanzado el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que hoy tiene el poder ejecutivo, el Congreso de la Unión, gobiernos estatales, municipales y una docena de congresos locales; pero al mismo tiempo nadie había logrado en dos años polarizar a la opinión pública, como su máximo exponente lo ha hecho.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, celebró ayer su triunfo de las elecciones de julio del 2018 y asegura que va por buen camino su proyecto de la Cuarta Transformación del país, aunque eso le ha valido la confrontación abierta con quienes chocan con su ideología y le critican hoy sí y mañana también las que consideran desatinadas decisiones que llevan al país a la debacle.
Obviamente, en Morena la visión es diametralmente opuesta, pues aseguran que con el nuevo gobierno se acabó la corrupción, se acabaron los privilegios para unos cuántos a costa de la miseria de millones de mexicanos.
Aquí en Hidalgo, Morena se estrenó como partido político en las elecciones de 2016 y en la elección de presidentes municipales, que se empató con la de diputados locales y de gobernador, apenas obtuvo el 5.75 % de la votación total.
Dos años después, en la elección de presidente de la República, senadores, diputados federales y diputados locales, su suerte fue otra: ganó la presidencia de la República, dos senadurías, las siete diputaciones federales y 17 de 30 escaños en la LXIV Legislatura local.
Lo que convirtió a Morena en la primera fuerza política nacional y en la entidad, mantuvo el control del Congreso local, hasta que vino la división entre sus legisladores, para quedar con nueve en un grupo ubicado como leal al Grupo Universidad, que lidera Gerardo Sosa Castelán, y otro que habría sido cooptado por el poder ejecutivo.
Las divisiones internas en la dirigencia estatal, la intromisión del Grupo Universidad, que al mismo tiempo coquetea con el Partido del Trabajo, con el amago de cambiar de bandera y migrar a sus candidatos de Morena al PT, no permiten ver a un partido fuerte y con serias posibilidades de mantener su ascenso y ganando más espacios de poder.
Este año, dicen las autoridades electorales, habrá comicios para elegir a los 84 presidentes municipales, y hasta hace un año Morena se apreciaba como el partido a vencer, dada la fuerza que le imprime su líder Andrés Manuel López Obrador, pero el escenario nacional de confrontación, el contraste de proyecto entre Morena y las otras fuerza políticas, seguramente incidirá en el ánimo de los votantes.
Por lo pronto, el Partido Revolucionar Institucional (PRI) ha comenzado lo que para muchos se tardó en hacer: la confrontación de proyectos entre lo que hace Morena a nivel federal y lo que ha hecho el PRI con Omar Fayad Meneses, como su carta de presentación.
Si eso será suficiente para recuperar espacios para el PRI o para que Morena amplíe su poder ahora conquistando municipios, está por verse, pues en los diversos análisis sobre el comportamiento de partidos y aspirantes a candidatos, se ha dejado de lado la opinión y el ánimo de la ciudadanía, que al final será la que decida a quién le da su confianza a la hora de acudir a las urnas.
No hay que olvidar que por lo pronto las prioridades de los hidalguenses, está en llevar el sustento a sus hogares, salir de la pandemia sin pérdidas humanas y con posibilidades de recuperar lo perdido, algunos su empleo, otros su poder adquisitivo.
Veremos si para el día de los comicios el votante piense en acudir a las urnas y, sobre todo, a quién le cargará con su voto en contra los daños que ha venido sufriendo no de hace dos años, sino desde mucho tiempo atrás.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.