Laboratorio Público/ 100 días
“Calladita NO te ves más bonita”
¿Qué piensas de esa frase que dice calladita te ves más bonita?… ¿Qué nos quieren decir realmente cuando nos dicen esta frase?
Espero que no te haya tocado escucharla y menos que te la hayan dicho a ti, sin embargo, aunque probablemente no te la hayan dicho con las mismas palabras, de alguna manera puede ser que si hayas vivido cierta censura al expresar lo que piensas o lo que sientes en tu entorno familiar, social, laboral o de pareja.
¿Cómo? Cuando no te permiten expresarte, te interrumpen o accionan una conducta que inmediatamente te señala que no deberías de seguir haciéndolo, yo tenia una conocida que me contaba que cuando empezaba a hablar su jefe se tocaba el cabello con desesperación y luego bostezaba, otra mujer refería que su pareja le decía que “así no le daban ganas de hablarle por teléfono, que mejor ya no lo haría”, o alguna vez me compartieron la historia de una chica que hablo de acoso en su escuela y sus compañeras dejaron de hablarle porque no le creían… o que alguien en casa les decía que las mujeres no debían hablar a gritos o reír a carcajadas…
Entre otros casos e historias, profundamente lamentables.
Y así… mujeres que de todo tipo de cultura o nivel socioeconómico en algún momento o varias veces en la vida hemos guardado silencio cuando no deberíamos haberlo hecho, incluso porque en nuestro interior había una sensación de tener que decir lo que sentíamos o estábamos viviendo a gritos, pero no, seguimos “erróneamente” la consigna y nos quedamos calladas.
Afortunadamente hoy hay más espacios, grupos, instituciones, asociaciones que respaldan nuestro derecho a hablar de todo, y cada vez más mujeres nos negamos a seguir con ideas y conductas que van incluso, en contra de nosotras mismas.
Yo quiero invitarte a borrar de nuestra mente esa absurda y lastimosa idea de que calladitas nos vemos más bonitas, que para mi engloba dos creencias que nos afectan tanto:
Una, que no somos suficientemente listas o creíbles para ser escuchadas, y dos, que no debemos arriesgarnos a no vernos bonitas porque entonces ¡corremos el riesgo de no ser elegidas!
No encuentro como esto puede hacernos sentir bien, no hay manera, porque ambas son exigencias que van en contra de la libertad y el amor propio.
Ni tiene que gustarle a todo el mundo lo que pensamos, ni tenemos que ser bonitas para ser respetadas y valoradas.
Yo no creo que calladitas nos veamos más bonitas, ¡al contrario! Lo que desgasta nuestra salud física y mental es precisamente el autodevaluarnos por la devaluación que alguien más nos hace cuando minimiza o se burla de la capacidad femenina para exponer sus puntos de vista, emociones, quejas o lo que sea importante para cada una de nosotras.
Si creo que muchas voces suenan más fuerte que una sola, así que juntas podemos hacer que nuestras voces se escuchen más fuerte, pero, también creo que podemos hacerlo asertivamente, incluso empezando desde casa, que ser asertivas es un derecho, y que hacerlo nos protege también de los efectos del estrés, el miedo y la tristeza en la salud física y mental de las mujeres.
Si tienes que callarte, si en tu relación de pareja no tienes derecho a decir lo que sientes a manifestar tu enojo (desde la inteligencia emocional; es decir en forma proporcional, sin lastimar ni lastimarte), si con tus hijos, tu familia, o en cualquier contexto te ves obligada a guardar silencio por miedo a perder el cariño o la aprobación de las personas que te importan, entonces, te invito a trabajar en tu autoconcepto y tu autoestima.
En la medida en la que desarrolles autoconfianza, que reconozcas tus recursos, que te sepas valiosa no por ser ‘bonita”, ni por ser “dócil” vas a tomar en tus manos tu libertad y tu derecho a pensar y a decir en voz alta lo que tú quieras… y esto podría incluso salvarte la vida o enseñar a tus hijas a ponerse a salvo, pero, también, a tener todas una vida realmente plena y satisfactoria, a la que, por cierto, todas tenemos derecho.
Así que rompe con el miedo a no ser bonita, a no saber o ser suficiente, con las creencias irracionales que someten, libérate, no solo de las etiquetas que otros y otras te han colocado, libérate en primer lugar de esas creencias a las que tú misma te sometes.
Lleva tiempo cambiar una idea, pero, vale la pena reaprender a expresarnos con libertad, recuerda que así tengas media vida pensando y actuando de tal manera aún tienes otra media vida para ser totalmente tú… y aún si fuera menos, un día de libertad vale más que años de esclavitud. No seamos esclavas de nadie ni de ninguna opinión, y mucho menos, de creencias que no soltamos nosotras mismas.
¡Un abrazo!
Lorena Patchen
Psicoterapia en línea
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