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Subestimar la complejidad
A finales del mes de marzo el filósofo esloveno Slavoj Zizek declaró en una entrevista a la agencia de prensa rusa RT, que la pandemia de Covid-19 era una “señal” a partir de la cual, ahora la humanidad ya no viviría como lo hacía cotidianamente por lo que sería necesario un cambio radical. Como resultado de esta emergencia sanitaria surgirían fenómenos en diferentes aspectos de la sociedad; Quizás otro virus, ideológico y mucho más beneficioso, se propague y con suerte nos infectará: el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá del estado-nación, una sociedad que se actualiza a sí misma en las formas de solidaridad y cooperación global… Aseguró.
Sin embargo, a pesar del optimismo del filósofo, no estamos seguros de que esto suceda en todos los países o por lo menos no a corto plazo. En Latinoamérica por ejemplo, la propagación del coronavirus fue tardía, pero lejos de tomar el ejemplo e de los países que tuvieron el brote de esta enfermedad primero, la mayoría de los países, a excepción de Cuba, se dedicaron a especular e improvisar sobre tal situación, generando a corto plazo poca eficacia en la contención del virus. Si bien la mayoría tomó las medidas básicas para la contención, no lo hicieron de manera uniforme, lo que derivó en medidas extremas en algunos lados mientras que en otros generó contradicciones entre sus ciudadanos y por supuesto, un caldo de cultivo para la opinión pública, la cual no paró de crear noticias falsas, como en México, país con un alto índice en este tipo de notas.
Por si fuera poco sumada a la contingencia sanitaria, los gobiernos latinoamericanos tuvieron que lidiar con problemas de fondo, los cuales agravaron la posible contención; pobreza, inseguridad, crisis económica, en alguno casos crisis social, así como la renuencia de la mayoría de sus ciudadanos a acatar las normas casi en su totalidad. La imprudencia o mejor dicho el valemadrismo es uno de los factores con los que más han batallado los gobierno, a esto se le suma la cereza del pastel, la presión económica tanto dentro como fuera de cada país. Lo anterior hace difícil la tarea de contención, por lo que tendremos que adaptarnos en la medida de nuestras posibilidades al semáforo rojo y naranja, y viceversa, por unos meses más.
En México la SANA DISTANCIA como estrategia de contención dio un resultado favorable al inicio, no obstante, al paso de los meses y entre contradicciones entre el jefe del Ejecutivo y las autoridades de salud, así como medidas impares entre un estado y otro, el número de muertos y contagiados por covid van en aumento al día de hoy más de sesenta mil. Sumado a ello, las condiciones fisiológicas del mexicano en promedio, el cual por lo general puede padecer de diabetes, presión alta u obesidad lo que eleva el riesgo de contagios de un mayor número de la población elevan la tasa de contagios. En síntesis el covid-19 no pudo caer en mejores manos.
A ello se suma la incisiva postura de la oposición política de derecha, la cual poco ayuda y mucho estorba y que lejos de contraponerse. Pareciera entonces que el gobierno de la 4T se enfrenta a dos pandemias en vez de una; ambas igual de peligrosas, una en lo biológico, la otra en lo social, pese a que cada vez que quiere contraponerse al actual régimen lejos de generar argumentos sólidos, solo hace el ridículo; lejos están los militantes de hace setenta años y más lejos el surgimiento de alguien de la altura de un Gómez Morín, aún con las reservas que proyectaron la semana pasada en una encuesta de salida (por cierto metodológicamente muy mal diseñada), el periódico El Reforma a un Ricardo Anaya como posible contrapeso del presidente, algo que lejos de tomarse con seriedad dadas las circunstancias actuales de tal político suena a un mal (muy mal) chiste.
Con lo anterior, las esperanzas de Zizek de que esta pandemia genere una trasformación que hermane y haga surgir el sentido común de unidad y supervivencia en todos los pueblos, es relativo, por lo menos para nuestro país no aplica del todo; pues mientras que una fracción de la población intenta acatar las normas de seguridad sanitaria, otros más se manifiestan, intentan crear pánico con noticias falsas, en tanto que algunos otros, costa de su salud y anteponiendo su interés del ganar ganar aceptan de mala gana el etiquetado de alimentos con la verdadera información nutrimental y los riesgos que provoca el consumo de gran parte de productos elevados en grasas, azucares y conservadores.
Finalmente el día de hoy se regresan a clases niñas, niños y jóvenes de nivel básico en la modalidad virtual. En medio de la NUEVA NORMALIDAD (que ni es ni será normal, sino todo lo contrario), veremos qué tan eficaces son las medidas emergentes de implementar las asignaturas por medio de la televisión abierta. Roguemos para que la ocurrencia del secretario de educación, Esteban Moctezuma genere resultados positivos, de lo contrario, al final de la semana le estará pasando factura una lluvia de pedradas lo que a su tocayo Xocoyotlzin, solo que para su fortuna las piedras serán en forma de críticas tanto de propios como de extraños, sin olvidar los cuestionamientos críticos (a veces) y ociosos (casi siempre), de una prensa mañanera iracunda, improvisada y caricaturesca.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.