No alcanza
La detención del ex-rector Gerardo Sosa Castelán la mañana del 31 de agosto y su posterior vinculación a proceso la madrugada del domingo 6 por diversos delitos como lo es lavado de dinero, defraudación fiscal y delincuencia organizada, representa el más grande sismo político registrado en la entidad en las últimas décadas y sin duda alguna se reflejará en la reconfiguración de las fuerzas políticas en el estado.
Más allá de si Gerardo Sosa es responsable o no de lo que se le imputa, la aprehensión del hombre que llegó a estar entre los más grandes políticos de Hidalgo y que en algún momento, en un análisis serio podría haberse considerado como el más poderoso de la entidad, por el capital-empresas, la universidad-presupuesto y el grueso de volumen de territorio autónomo sobre el que tuvo un control total, se da en un momento coyuntural como lo es la elección de Ayuntamientos y la designación de los Concejos de Administración Municipal.
Pero también se da cuando el calendario electoral marca el inicio del proceso para la renovación de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, que el 6 de junio del 2021, será concurrente con la elección de los integrantes de la LXV Legislatura del Estado, donde el jefe político del Grupo Universidad, es quien manda en las decisiones, votaciones e iniciativas de 9 diputados locales y de 3 diputadas federales, María Isabel Alfaro Morales, Lidia García Anaya y Maribel Solís Barrera, a quienes en estricta justicia habría que agregar a Sandra Simey Olvera Bautista, que le debe el triunfo y la operación política de su campaña, precisamente a Sosa Castelán.
EN CASCADA…
El saldo del sismo político es difícil percibirlo o calcularlo en este momento, porque el juez de distrito Gregorio Salazar Hernández, ha dispuesto que Sosa Castelán que fue presidente de la FEUH, secretario general del SUTSPEH, diputado local en una ocasión, dos veces federal, precandidato a gobernador, dirigente estatal del PRI-Hidalgo, secretario general de la UAEH; rector de la universidad en tres periodos, una cuarta vez por algunos días en el 2011 y presidente del patronato universitario, permanezca en prisión preventiva por un lapso de tres meses.
Pero mientras eso ocurre, en el partido Movimiento de Regeneración Nacional, se resienten los efectos y la diputada con licencia Arely Maya Monzalvo, -cuyo esposo también está vinculado a proceso-, se bajó de la candidatura a la presidencia municipal de Mineral de la Reforma y se especula que en la reconfiguración de las planillas propuestas por morena para la elección de ayuntamientos, habrá todavía más cambios que impactarán en los intereses y proyecto del grupo político.
Un ejemplo de los efectos en cascada se dio la noche del 4 y madrugada del 5 de septiembre en el Congreso del Estado, donde por horas se empantanó el avance en la aprobación de los concejos de administración municipal, pues a la diputada Corina Martínez García se le antojó el capricho de hacer concejal presidente de Pachuca a su hermano Cuauhtémoc Martínez, lo que habría sido una muestra de fuerza en un momento importante, pero se quedó con las ganas y, como otra muestra de debilitamiento, su fracción tampoco pudo imponerse en el caso de los concejales de Mineral de la Reforma.
LOS CONCEJOS…
Y haciendo analogía de la presunción del presidente Andrés Manuel López Obrador, que falsamente dice que “en el peor momento, en México tenemos al mejor gobierno”; en Hidalgo podríamos decir que “en el peor momento tenemos al peor congreso”; y así como se ha visto durante toda la legislatura, se volvió a observar durante la designación de los concejos de administración municipal, realizada al vapor, en el último momento, con algunos aciertos, pero también con errores y pifias, cuyas consecuencias no las pagarán los diputados, sino los ciudadanos.
Tan solo hay que ver el caso de Calnali, donde se les ocurrió nombrar como concejal presidente al ex-alcalde Saúl Granados Hernández, cuya familia impuso su voluntad con cuatro presidentes municipales, Joel, Raúl, Saúl y Alfredo, hasta se parecen a los Nochebuena, caciques del vecino municipio de Atlapexco; En Tianguistengo, dieron la presidencia a Alejandra Rodríguez Escudero, esposa del alcalde saliente Febronio Rodríguez Villegas, hermano de otro ex-edil, Crisóforo, diputado local con licencia, que maniobra para ser nuevamente titular del ayuntamiento. En Tlahuelilpan, otra pifia, nombraron como concejal al ex-magistrado Ernesto Jiménez, con un historial de casos de corrupción, que da vergüenza.
Ninguno de los concejos municipales los sacaron a tiempo; pero al menos en algunos municipios la designación no generó conflictos políticos y existe un voto de confianza en que sus presidentes harán un buen desempeño, ya sea por su formación, como en el caso de la doctora Tania Meza Escorza, en Pachuca; por su experiencia, como ocurre con el notario Francisco González Vargas en Apan o por su cercanía con el servicio público, como la periodista Verónica Monroy Elizalde en Tula de Allende.
REPUDIADOS…
Finalmente las administraciones municipales 2016-2020 culminaron su gestión el viernes 4 de septiembre; la mayoría de los alcaldes se fueron repudiados o con la cabeza agachada y muchos además, bajo la sospecha de corrupción; ejemplos sobran y faltaría espacio para mencionarlos, pero como muestra dos botones: María Antonieta de los Ángeles Anaya Ortega, de Apan y, Humberto Pacheco Miralrio del municipio de Mixquiahuala de Juárez, que hasta se fueron con un amparo bajo el brazo para que no los metan a la cárcel.
Mención Especial merece el caso de Tenango de Doria, donde su ahora ex-presidente municipal Aldo Molina Santos, no solo se fue bajo la sospecha, sino que en las últimas horas de su gobierno sufrió un atentado a balazos, que dejó tres personas lesionadas por arma de fuego. Grave situación.
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