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PACHUCA, Hgo., 17 de noviembre del 2020.- A sus 26 años, Alinne Reséndiz Díaz, comienza a forjar una carrera profesional, desempeñándose actualmente catedrática en Derecho Penal y Procedimientos Penales en universidades del Estado y es servidora pública.
Durante una charla con Quadratin, Alinne Reséndiz habla sobre lo difícil que ha sido ejercer su carrera como catedrática y como servidora pública, sobre todo por tenerse que enfrentar al mundo de aquellos adultos que minimizan a los jóvenes por considerarlos sinónimo de inexperiencia, aunado a la cultura del machísimo tan arraigada en nuestro país.
“Hablamos de un México machista, aunque por muy modernos que estemos o las corrientes feministas que existen, no puedes cortar cien, doscientos años de machismo, es casi imposible”.
Aline cuenta que llegaron a subestimarla, desde sus jefes que intentaron minimizarla por su condición de mujer, hasta sus alumnos mayores, quienes en plena aula alguna vez le decían a modo de mofa:
“Es mujer y es joven, ni me va a dar clases”.
Pero del “miedo hice mi amuleto», dice Aline, quien recuerda que aún en el noviazgo sufrió maltrato, pero le puso punto final al considerar que no podía ser doble moralista, por un lado hablar de cómo erradicar la violencia y por otro, ser ella víctima de esta condición.
Recuerda qué fue lo que la motivó a estudiar derecho, una de las carreras con mayor demanda.
«Me resulta factico, habilidoso, la búsqueda de una justicia que parece intangible, yo no la imparto, yo la busco y yo creo que en esa búsqueda de sanar a la sociedad porque eso es lo que somos los abogados, sanamos las grietas de la sociedad».
Las paredes de una cafetería cómplices de la vida de esta mujer, los minutos consumen la charla como el café que toma Alinne, quien no omite mencionar lo que a su juicio, son fallas del sistema jurídico de nuestro país y cómo el estado de derecho se ha ido fracturando.
“Es un sistema fracturado, un estado de derecho convertido en una falacia jurídica por nuestros gobernantes, ya que lo han quebrantado, nos han entregado casos: Ayotzinapa, las muertas de Ciudad Juárez, incluso con el caso de Lozoya que es una parodia, una simulación del derecho; la entrega por ejemplo del caso del hijo de Chapo Guzmán, Ovidio, fue el Estado claudicando ante nuestros ojos, desplomándose, deformando al estado de derecho.
Reséndiz se refiere al papel que juega la democracia en el Estado de Derecho. “Con el voto no hemos dado una democracia, la democracia más allá de un mandatario también elige a aquellos que crean leyes y si nos dejamos llevar por apariencia y no por alguien que tiene la capacidad de crear y modificar las normas, en automático el sistema del derecho está fracturado”
Añade que en Hidalgo, hay buenos impartidores de justicia, muy buenos agentes de ministerio público pero se han vuelto apáticos con las víctimas, revictimizan y con el imputado no es que se hayan hecho favorables, sino la cuestión es sacar el asunto a flote y rompen los principios de establecimiento de la verdad, quedan impunes los casos, vivimos en un reino de la impunidad”.
La obstaculización de la justicia, también es un tema en el que Aline expresa su opinión.
“Es la falta de cultura y de conocimiento, creen que la justicia tiene que ser rápida, como un rayo de sol y no es así, desgraciadamente la carga de trabajo en procuraduría y los juzgados sobrepasan y lo vuelven lento a veces parece eterno, pero no lo es y también por parte de los impartidores de justicia, la falta de compromiso. Falta compromiso, pero sobre todo pasión por lo que se hace.
Desde su punto de vista, el sistema jurídico tiene que cambiar de fondo, pero no de forma, es decir, implementar acciones de sensibilización, darle un giro al sistema jurídico, más ciudadano, con mucha conciencia y mucha cultura cívica eso tiene que cambiar para que el sistema pueda florecer.
Cita dos sistemas que se le hacen llamativos a nivel internacional dentro del derecho comparado.
El sistema jurídico del derecho chileno y el colombiano.
“Me gusta por el sistema penitenciario, la forma de readaptación al delincuente, las llamadas políticas criminales que tienen sus centros de readaptación social; entendamos que México es una copia de ese tipo de derecho, no somos anglosajones, somos meramente latinos, entendamos que los reclusorios son el hospital del delincuente. Un delincuente no es una escoria social, en su momento hay personas que se equivocan y delinquen hay personas que ya nacieron en ese medio, crecieron en ese núcleo es su forma de vida de educación, pero si no tenemos un gobierno y políticas públicas y criminales para erradicar esa parte seguiremos perdidos.
Agrega que en México lo que nos ha hecho famosos es el narcotráfico es lo que nos ha puesto en pie de lanza a nivel mundial. Analiza el contexto de la sociedad corrompida y asegura que la forma de erradicar la coyuntura social es facilitar la educación, puesto que la educación y la información matan el hambre cien años.
«Si educas a la sociedad, con valores con principios no habrá necesidad de cárceles habrá necesidad de más escuelas”.
«Yo me veo a mediano y largo plazo como una gran investigadora, como catedrática, porque ahí yo soy feliz y donde el corazón suena ahí hay que estar, me gustaría desempeñar un buen cargo público para darle a la sociedad lo que merece, trato digno, para eso estamos; en el acto de gobernabilidad y más allá del acto político sin importar colores es darle a la gente lo que merece”.
Y remata:
«La carrera de derecho siempre ha sido marcada como una carrera para hombres, pero las mujeres incursionamos a base de capacidad y también de carácter.»