Multa INE a partidos en Hidalgo por anomalías en reportes financieros
PACHUCA, Hgo., 25 de noviembre del 2020.- Dicen que “quien olvida su historia está condenado a repetirla” y este dicho tan famoso le viene como anillo al dedo al PRI y al Presidente Municipal Electo de Pachuca, Sergio Baños Rubio, quien sin duda tiene buenas intenciones, pero no experiencia política ni conocimiento de la clase de personajes que últimamente lo empiezan a rodear, cual aves de mal augurio y para muestra un par de botones:
La ex regidora capitalina Liliana Verde Neri, una mujer que juega mal pero se coloca bien, siempre para donde va la corriente.
Saltó a la fama como tesorera del polémico ex alcalde pachuqueño Eleazar García Sánchez y a decir de propios y extraños, por ser la que controlaba los dineros y conocedora de las reglas, se encargó de manejar y repartir importantes obras que se realizaron en la capital del estado por una constructora ligada a su marido Armando García, de lo cual no solo existen evidencias sino testimonios.
Antes de terminar su administración, el propio Eleazar García le pidió a la entonces candidata del PRI Mirna Hernández que incluyera a Verde Neri en su planilla como regidora, pues sería una pieza clave para cuidar la entrega y toda clase de turbiedades que pudieran aparecer.
Durante el pasado proceso interno del PRI, Liliana Verde jugó en dos vías, por un lado jurando apoyo a Benjamín Rico a través de Raquel Ramírez, pero por otro, coqueteando y buscando siempre quedar bien con Sergio Baños, para que en caso de que quedara alguno de los dos, pudiera colarse nuevamente en el ánimo del futuro candidato.
La jugada le funcionó y por ello en el equipo de transición de Sergio Baños la ven con desconfianza y a manera de mofa señalan que ya mandó a pulir el mismo escritorio que usó de 2012 a 2016 por aquello del cajón de la suerte pa´ pegarle una vez más’.
Liliana Verde llegó al equipo de transición acompañada de todos sus cercanos, pero esta vez apadrinada por
Christian Guevara, el mismo que por un lado aprovechó su cercanía con Gerardo Sosa para hacer y deshacer, aunque después traicionó a su mentor universitario para venderse a los enemigos de Sosa Castelán a cambio de un espacio en Sedesol, en donde como es su costumbre primero se hizo amigo de los delegados para después traicionarlos, como pasó con el escándalo en el que involucró al exdelegado Onésimo Serrano y una coordinadora quien tuvo que irse del país después de que se expusiera su imagen y reputación al escrutinio público.
De honradez ni hablamos, porque diversos medios de comunicación han exhibido el actuar de este personaje, como ocurrió en abril de 2018 cuando salió a la luz que mediante la organización “Brazos Firmes” fue beneficiada desde SEDESOL a pesar que era representada por un empleado del mismo Christian.
O en marzo del mismo año, cuando fueron exhibidas irregularidades por el mismo servidor desde la nómina de los programas a su cargo.
El PRI tuvo un voto de confianza en las pasadas elecciones del 18 de obtubre, los ciudadanos ahora sí esperan cambios reales y resultados que no han llegado. El alcalde electo aún está a tiempo de revisar y rectificar los antecedentes de quiénes deben acompañarlo a la Casa Rule.