Invirtió Hidalgo cerca de 350 mdp en infraestructura de salud
PACHUCA, Hgo., 10 de diciembre de 2020.- En la recta final del año, los ambientes pueden ser en extremo ruidosos, en especial por el uso de pirotecnia, lo que puede derivar en daños auditivos, como una hipoacusia súbita.
El ruido que se produce ante cualquier explosión se le conoce por ser del tipo impulsivo, es decir, duración corta, pero potente. En el caso de la pirotecnia la duración puede ser de una milésima de segundo y con eso basta para crear un daño irreversible. Los sonidos de la pirotecnia que se produce en el país llegan casi inalterados al oído interno, sacudiéndolo de una forma violenta las células ciliadas, lo que equivaldría a escuchar hablar al doble de la población mundial al mismo tiempo, es decir más de 160 decibeles a una energía de más de 10 mil millones de veces de una conversación normal, enfatiza la doctora Jimena Atuan, soporte clínico de MED-EL.
De los 70 a los 85 decibeles (dB) se consideran sonidos aptos para el ser humano sin que generen algún tipo de daño, esto en los adultos; no obstante, en los niños estos niveles disminuyen alrededor de 20 decibles porque sus oídos aún son muy sensibles. La detonación de un cuete conocido como R15 alcanza los 190 dB, por lo que este sonido supera totalmente lo que es permisible para los oídos.
La pirotecnia puede ser uno de los factores que generen hipoacusia súbita debido al ruido tan fuerte que provocan. Este padecimiento se considera neurosensorial porque daña al oído interno, también se le conoce como sordera súbita, se experimenta la ausencia de sonido de forma repentina, rápida e inexplicable. Ésta sucede de pronto o en cuestión de días y se presenta porque algo no funciona bien en los órganos sensoriales de la parte interior del oído. Este tipo de afección frecuentemente se presenta en un solo oído, explica la especialista.
De acuerdo con el National Institute on Deafness and Other Comunications Disorders (NIDCD) las personas pueden darse cuenta de que perdieron el oído cuando intentan usarlo de forma específica y no perciben algún sonido; no obstante, existen otros casos donde han experimentado un fuerte sonido explosivo justo antes de perder la audición. La mayoría de estos casos los presentan adultos de entre 45 y 55 años, pero esto no quiere decir que alguien más joven no pueda sufrirlo. De ahí que sea importante establecer revisiones periódicas y que éstas se contemplen dentro de los chequeos médicos anuales o semestrales.