Así no, presidenta
┼En memoria de José Luis Muñoz Soto
PACHUCA, Hgo., 16 de febrero del 2021.- En México desde hace un par de años, existe el esfuerzo de institucionalizar (incentivado por los propios productores) el Día Nacional del Pulque (primer domingo de Febrero).
Tal fecha es de suma importancia en Hidalgo, no solo por ser aún la principal abastecedora de aguamiel pulque a nivel nacional, sino por la cada vez notorias perdida de variedades, grupos taxonómicos y filogenéticos.
Es decir: a finales del Siglo XX, 1700 hectáreas de maguey lograban consolidar la edad propicia (en promedio entre 8 y 12 años), después de dos décadas la cuantía registra variación negativa de hasta 300 hectáreas; es decir, cada año desaparecen 30 hectáreas de frontera magueyera hidalguense. Lenta pero significativa.
Frente a tal problemática a finales del 2019, la Presidencia (de aquel tiempo) de la Comisión de Desarrollo Agropecuario y Recursos Hidráulicos de la LXIV Legislatura del Congreso Libre y Soberano del Estado de Hidalgo (2019-2021), incentivaron la necesidad expedita de evaluar los alcances normativos de la vigente Ley del maguey en Hidalgo.
El resultado de tal vinculación (académica con productores y tomadores de decisiones), entre otros: el único instrumento normativo existente (que define acciones de política pública agrícola) está lejos de incidir y dinamizar la producción de planta a causa del limitado conocimiento de los tomadores de decisiones en las necesidades del sujeto agrario y la cadena agroalimentaria.
Peor aún, la única incidencia formal de propagación de planta se distingue por mínimas condiciones agronómicas, mucho menos de seguimiento.
Así pues, no es nada alentador la realidad que vive la cadena agroalimentaria del maguey, se está definiendo sin la misma seriedad que merece (aunque se explota su discurso patrimonial), la sobrevivencia y preservación de la planta.
Necesaria normas/reglamentos, nuevas leyes que pongan orden en la cadena agroalimentaria, territorio y sujeto agrario.