
Ráfagas: Fernández Hasbun, prueba de fuego
Sus propios impulsores se encargaron de córtale las alas y toda posibilidad de volar alto a Juan José Luna Mejía, quien no sólo no será diputado local, sino que perdió ya la presidencia del partido Nueva Alianza y su aspiración de ser secretario general de la sección XV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
“Se la creyó”, dicen al interior del SNTE, que llaman los propios profesores “la casa naranja”, desde donde se toman las decisiones del gremio magisterial más importante del país y de Hidalgo, así como las de “la casa turquesa”, como denominan a la sede estatal del Partido Nueva Alianza de Hidalgo.
Desde hace más o menos un mes, lo que parecía todo armonía y contento para las cúpulas del SNTE y del Panalh, comenzaron a descomponerse luego que Luna Mejía, quien llegó a la presidencia estatal del “partido turquesa” desde el 2018, pensó que la alianza de su partido con Morena, le abría un amplio abanico de posibilidades políticas, por lo que primero quiso afianzarse como futuro diputado local, gracias a que fue colocado en el número uno de la lista de candidatos a legisladores locales por la vía de la representación proporcional (plurinominal, le dicen).
Sus encuentros con personajes de Morena, como el diputado local electo, también por la vía plurinominal, Francisco Xavier Berganza, generaron el descontento de sus compañeros de aventuras políticas.
Pero, la gota que derramó el vaso, fue cuando le reclamaron encabezar reuniones a espaldas del secretario general de la sección XV del SNTE, Luis Enrique Morales Acosta y de su antecesor, Francisco Sinuhé Ramírez Oviedo y pretender caminar por cuenta propia, al margen de sus formadores políticos.
Luego, cuando se le pidió dejar la diputación local, Juan José Luna, envalentonado, quiso cambiar esa posición por la de secretario general de la sección XV del SNTE, que deberá renovarse este año y cuya gestión estatutaria concluyó desde marzo pasado.
En suma, Luna Mejía, calculó que gracias a su posición podría ser diputado local, presidente del Panalh y, la cereza del pastel, líder del magisterio hidalguense.
Caro pagó su osadía y un grupo de militantes y dirigentes del Panalh, comenzaron una campaña en su contra, que concluyó con su renuncia y ahora ha tenido que solicitar diversos amparos para evitar la acción de la justicia, debido a que se le responsabiliza del mal manejo de alrededor de cuatro millones de pesos, del partido, que se destinarían a las campañas de sus candidatos en los comicios del pasado 6 de junio.
Ahora, desde la “casa naranja” se preparan dos relevos: el de dirigente del Panalh, que será en breve y el de la sucesión de Luis Enrique Morales, procesos ambos, que trabajan desde ya los aliados Francisco Sinuhé Ramírez Oviedo y Luís Enrique Morales Acosta, quienes son las verdaderas cabezas del magisterio y su ala política en la entidad.
Su base, afirman, son 56 mil trabajadores de la educación. Un importante ejército de activistas políticos y una base electoral muy apetecible para cualquier partido político que busque la gubernatura el próximo año.