Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
Más de un millón de hidalguenses enfrentará a partir de hoy el reto de no contagiarse de Covid-19, particularmente alumnos, maestros y personal de apoyo que inició el ciclo escolar 2021-2022, aunque físicamente lo hará menos del 10 por ciento de ese universo, que radica en los 5 municipios considerados de “bajo riesgo”, aunque con población altamente vulnerable por vivir en comunidades de pobreza.
El reto de autoridades y sociedad será enfrentar esta realidad con las mejores posibilidades de no sufrir contagio alguno, sobre todo ahora que la tercera ola ha impactado severamente a nuestra entidad.
Una encuesta realizada por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCDMX), que incluyó a cerca de un millar de niños de Hidalgo, arrojó que siete de cada 10 niños de educación primaria quiere volver a clases presenciales, especialmente porque quieren volver a convivir con sus compañeros de aula.
En el nivel de secundaria, el porcentaje es menor, pues ellos prefieren las clases virtuales y mantenerse comunicados vía internet, como lo han venido haciendo desde hace ya 18 meses, cuando comenzó la pandemia.
Para reducir el riesgo que implica abrir las escuelas y el contacto entre profesores y alumnos, la vacuna sería de gran ayuda, especialmente ahora que la Cofepris ha autorizado el uso de la vacuna Pfizer-BioNTech, para ser aplicada en personas mayores de 12 años y menores de 18 años, que abarcan un importante universo de la población en el país.
No obstante, el daño en el aprendizaje de los niños ya está hecho y difícilmente podrán recuperarse a la brevedad, en la misma proporción en que todo vuelva a la normalidad. La prueba Planea aplicada en el 2019 a alumnos de secundaria, arrojó que el 55.5 por ciento no aprobó matemáticas y el 32.9 % reprobó en comprensión y lectura.
Los daños colaterales que ha provocado la pandemia pasan necesariamente en el aprendizaje de los niños y adolescentes, luego de 18 meses hay una educación deficiente y está en riesgo el desarrollo emocional de los niños y adolescentes.
El riesgo de un contagio masivo sigue latente y será importante ver el comportamiento del virus en los siguientes días, pues las autoridades sanitarias han programado la apertura de más aulas de manera escalonada en otros municipios, sobre todo los de mayor población.
La UNESCO y la UNICEF, concluyeron recientemente que las escuelas debieron ser los últimos espacios en cerrar y los primeros en abrir, no como se hizo con restaurantes y bares, además explicó que el daño en el aprovechamiento educativo ha impactado más en niños de zonas pobres que en el medio urbano, con un impacto negativo del 17 %, con respecto del 2019.
Por todo ello, autoridades y sociedad civil deberán tomar las medidas necesarias para impedir que el número de contagios aumente y especialmente que no dañe a los menores de edad, que han sido los más afectados por la tercera ola de contagios.
Sin duda, todo un reto para la sociedad en su conjunto.