Ráfagas: ¿Malos manejos en la Comisión de Búsqueda de Personas?
No hay de otra: “debemos seguir construyendo la vida con voluntad y coraje”.
La frase es del gobernador Omar Fayad Meneses, ayer en Tula, durante la entrega de equipo, mobiliario, material de rehabilitación y útiles escolares para 547 mil alumnos de educación básica que desde el pasado 30 de agosto debieron iniciar el ciclo escolar 2021-2022, pero no de manera presencial, debido a la pandemia provocada por el Covid-19.
El evento en sí, supone el llamado a comenzar a abrir paulatinamente los planteles para el regreso de los niños a las aulas y el arranque de las clases presenciales, lo que permitiría el inicio de una nueva etapa en la vida de los mexicanos y los hidalguenses, luego de 14 meses de pandemia que ha cambiado para siempre el ritmo de vida de todos nosotros.
La pandemia nos ha mostrado la importancia que tienen las escuelas y la docencia para el aprendizaje, la socialización y el desarrollo emocional y físico de niños y adolescentes.
Hay resistencia de padres de familia, maestros, personal de apoyo y en muchos casos también de los propios niños, pues el temor de contagio es real y eso genera incertidumbre en la gente, para el regreso a clases presenciales.
Pero, a la vista de los efectos de la pandemia, es visible el daño que ha provocado y que de algún modo tendrá que revertirse para el bien de todos.
Por ejemplo, la UNICEF dice que 214 millones de niños y adolescentes perdieron las tres cuartas partes de la educación presencial (uno de cada siete en edad escolar); en América Latina resultaron afectados 98 millones de niños.
En México, durante los 14 meses de cierre de planteles, se afectó el proceso educativo de 25.4 millones de niños de educación básica y 5.2 millones de media superior. El costo de cierre de escuelas ha sido muy alto para el aprendizaje, la salud y el bienestar de los alumnos y de las familias.
Un tercio de los niños en el mundo no tuvo acceso a la educación a distancia, por diversos factores y el más extremo fue que los padres de familia no pudieron costear servicios de acceso a la internet o para adquirir una computadora o un dispositivo de telefonía móvil.
Los abusos, las crisis nerviosas y la violencia intrafamiliar, es otro de los efectos que ha causado la pandemia, algo que los maestros pueden detectar desde el aula, si las clases fueran presenciales.
Save The Children, estimó en un millón el aumento de embarazos en adolescentes y de esa cifra, el º18 por ciento ocurrió en América Latina. En México se reportaron 220 mil casos de violencia intrafamiliar.
Por eso, es imperante el regreso a clases presenciales en el país, con el respeto y aplicación de las medidas de protección para la salud de todos los involucrados. Por lo pronto hay 138 mil escuelas abiertas y un millón 263 mil docentes esperando a la vuelta a la “nueva normalidad”.