CETIS de Atitalaquia sede de festival internacional de cuentos
HUEJUTLA DE RYES, Hgo., 29 de septiembre del 2021.- Por tradición el día 29 de septiembre de cada año, fecha consagrada en la religión católica a San Miguel Arcángel, se realiza la primer ofrenda de día de muertos que significa el inicio del camino que recorren las almas de los fieles difuntos al mundo terrenal.
Los colores, aromas y sabores propios del festejo se empiezan a sentir y van aumentado en intensidad conforme pasan los días y se acercan las primeras fechas del mes de noviembre que son el clímax, por calificarlo de alguna manera, de la que se considera la fiesta grande de la Huasteca.
Por tal motivo, en algunos hogares en donde se respeta de manera fiel lo que consideran un ritual ancestral, se elaboran tamales y café que se ofrecen a propios y extraños que participan de esta actividad que significa un preámbulo de los festejos xantoleros en los que, con base en la creencia popular, las almas de los difuntos disfrutan, por espacio de unos días, de los placeres mundanos.
A la par de este breve encuentro que simboliza la apertura de las puertas del inframundo, también se agradece a la madre tierra por los dones recibidos durante el año y se le piden abundantes cosechas para el próximo ciclo agrícola, actividad que se conoce como Chicomexochitl y que lleva a colocar en la ofrenda mazorcas o granos de maíz y semillas de frijol.
Con esta convivencia, los habitantes de la región Huasteca se preparan para recibir a sus seres queridos que ya murieron e ir a la compra en el «domingo grande», fin de semana previo al onceavo mes del año, o acarrear desde sus milpas, los insumos necesarios para la elaboración de los altares de palmilla verde y cempoalxochitl que levantarán en honor a sus fieles difuntos, así como todo lo necesario para la elaboración de los platillos a degustar en esta celebración.