Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
El 30 de septiembre David Malpass, Presidente del Grupo Banco Mundial mencionó que la pandemia de COVID nos lleva a un contexto mundial de fuerte desigualdad y retrocesos en el desarrollo, aseverando que nos enfrentamos a «tiempos convulsionados”.
Malpass dejó claro que trabajar en cuatro ejes nos llevaría a generar un impacto positivo en la situación actual estos son: lograr estabilidad económica, aprovechar la revolución digital, buscar un desarrollo más ecológico y sostenible, e invertir en las personas.
Sobre el tema de estabilidad económica recalcó que se debe fomentar la cooperación internacional, con participación del sector privado, además de evitar despilfarros de recursos por parte del gobierno, buscar eficientizar la prestación de servicios y reasignar los fondos públicos a los usos mas efectivos.
La revolución digital nos permite ser mas eficientes como sociedad y abrir las posibilidades de mercado desde el nivel local hasta el internacional, utilizando los nuevos sistemas de transferencias y pagos. En este aspecto invitó a los países como el nuestro a invertir en infraestructura, evitar los monopolios en telecomunicaciones y generar el marco jurídico que de seguridad al comercio electrónico.
Destacó la importancia de invertir en la salud y la educación. Para lo cual se debe alinear la agenda publica y la inversión a largo plazo desde una visión centrada en las personas y sus necesidades, sobre todo aquellas que tienen un menor nivel de ingresos. Fortaleciendo así sectores estratégicos para la sociedad.
Malpass mencionó el como el COVID ha afectado a los países en vías de desarrollo y muchos de los puntos planteados podrían ayudar a nuestro país para evitar que el impacto sobre la población y la economía sea mayor. Al ir desarrollando su discurso parecía que describía el contexto actual de México.
A pesar de que hay avances en diversos rubros estos no se perciben en toda la población, se debe trabajar de manera integral, eficientizar y hacer mas productiva la inversión publica. Esto si queremos reducir el impacto de la crisis generada por el COVID y evitar que nos enfrentemos a lo que Malpass vislumbra como una década perdida para el desarrollo.