En Navidad no todo es felicidad…
PACHUCA, Hgo., 8 de octubre de 2021.- Aunque existen ya numerosos espacios abiertos con mínimas restricciones, como son centros comerciales, cines, bares, restaurantes, cafés, gimnasios y centros deportivos, aún no se ve para cuando puedan abrirse espacios para el esparcimiento infantil.
Aunque los niños ya conviven con muchas menos restricciones, viajan en transporte público, asisten a cines y teatros, los parques infantiles permanecen cerrados, lo que hace que padres y madres de familia busquen otras formas para entretener a los menores.
Además, previo a una reapertura, es notable que los parques necesitarán trabajos de mantenimiento con el fin de verificar el posible desgaste causado por lluvias y sol.
En el caso del Parque Hidalgo, este permanece abierto en canchas y espacios comunes, no así en el área de juegos infantiles.
Para el Parque del Maestro, ya se llevan a cabo eventos en el auditorio ubicado en su interior, pero el paso al área de juegos permanece cerrado.
El Parque de la Familia y el de convivencias, espacios que solían ser muy frecuentados durante los fines de semana, igualmente siguen sin acceso al público.
Con estos espacios cerrados, la única distracción posible de la niñez continúa siendo los dispositivos electrónicos, cuyo uso se disparó desde el inicio de la pandemia a causa del confinamiento y la necesidad de tomar clases en línea.
Además, según datos de la UNICEF, el entretenimiento digital ha aumentado considerablemente, ya que los más pequeños han utilizado las pantallas a diario durante casi cuatro horas, un 76 por ciento más que antes del confinamiento. El fin de semana, la media ha sido de cinco horas al día, lo que supone un aumento del 33 por ciento.
Los problemas asociados al uso excesivo de pantallas para la infancia y adolescencia incluyen desde el aislamiento hasta conflictos con los hijos.
Los estudios muestran también que entre las preocupaciones principales respecto a los efectos de un uso indebido de la tecnología por parte de la infancia se encuentran la pérdida de salud ocular y el insomnio, además de que la saturación de pantallas ha sido un obstáculo incluso para garantizar el derecho a la participación de niños, niñas y adolescentes.