(W) Ecos Sindicales: Razonamiento Matemático
Para nuestra desgracia, Hidalgo sigue siendo el estado que ocupa el primer lugar en el robo de combustible de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y los hechos más recientes en Tepeji del Río (5 y 23 de octubre) y Ajacuba (2 de noviembre) son dos muestras de que el problema no ha podido ser contenido por los cuerpos de seguridad encargados de poner freno a esta actividad ilícita.
Peor aún, en recientes declaraciones periodísticas, Uriel Moreno Castro, comisionado general de la Agencia de Seguridad en la entidad, reconoció que el robo de combustible (conocido coloquialmente como huachicol) es “la base o la madre de todos los males que ocurren en Hidalgo”.
También informó que los municipios con mayor actividad de los huachicoleros son Tula de Allende, Tlaxcoapan, Tlahuelilpan, Tezontepec de Aldama, Tepetitlán, Mixquiahuala, Pachuca y preponderantemente Cuautepec de Hinojosa, municipio éste que ocupa el primer lugar en la entidad con el mayor número de “piquetes” a los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Apenas el 2 de noviembre (hace dos días), ocurrió un enfrentamiento entre policías estatales y un grupo de personas a quienes se les sorprendió robando el combustible de un ducto de Pemex, en la comunidad de Gorriones, municipio de Ajacuba. Los uniformados fueron superados por los huachicoleros quienes, según reportes periodísticos, contaron con la ayuda de los lugareños para enfrentar a los uniformados a quienes, además, les quitaron una patrulla.
Antes, el 5 de octubre y el 213 del mismo mes en la comunidad de Santa Ana Azcapotzaltongo, municipio de Tepeji del Río, los malhechores “picaron” un ducto de gas para robarse el combustible. En el primer hecho, se les salió de control el robo y eso provocó una fuga que obligó a las autoridades locales a evacuar a 259 familias, para evitar daños a la población.
El alcalde de Tepeji, Salvador Jiménez Calzadilla, alzó la voz y pidió a las autoridades de Pemex, reforzar con su propio personal la vigilancia de sus instalaciones, para atenuar la acción de los huachicoleros que, como en este caso, ponen en peligro a los pobladores de los sitios cercanos al paso de los ductos de combustible.
Pareciera que no hay mayor interés en resolver este problema, pues el propio Jiménez Calzadilla, dijo que en el primer caso (el del 5 de octubre) el robo ocurrió a las 4:50 de la madrugada y a las autoridades municipales se les reportó el hecho dos horas después, lo que permitió a los delincuentes huir sin mayor problema, pero dejar en peligro a los vecinos de Azcapotzaltonto.
Hechos semejantes ocurren con regularidad en territorio hidalguense, sin que el problema disminuya y por el contrario, cada vez aumenta más y aunque las autoridades reconozcan al huachicol como “ la madre de todos los males” y no se actúe para ponerle freno, seguiremos con el peligro latente de sufrir una desgracia en perjuicio de personas inocentes, como ya ocurrió en Tlahuelilpan.