
Humillados y ofendidos
Esta claro que el segmento que deberían atacar los partidos políticos y los futuros candidatos al gobierno de Hidalgo, es el de los indecisos, que forman el sector más sobresaliente a la hora de las encuestas y es el más reacio a acudir a las urnas y si lo hace, recurrentemente lo hace en contra de lo ya establecido.
Es decir, si los principales partidos políticos en la lucha por el poder en el 2022, no se acercan y convencen a quienes no saben por quién votar o de plano dicen que no lo harían por ninguno en las elecciones del próximo 5 de junio, difícilmente podrán triunfar con su voto duro.
Por primera vez en la historia de Hidalgo, la posibilidad de que se concrete la alternancia en el poder ejecutivo estatal, es real, al menos así lo dicen las encuestas que a lo largo de este año se han realizado para preguntar a los ciudadanos respecto de sus preferencias por uno u otro partido, particularmente por Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), cabezas de las dos principales coaliciones que se harán para contender por la gubernatura de Hidalgo.
Las cuatro encuestas realizadas por Morena para definir a su candidato al gobierno de Hidalgo, además de dar ventaja al senador Julio Menchaca Salazar, también arrojaron datos interesantes que debieran alertar a los partidos, pues tanto el sondeo elaborado por el propio partido, como las empresas Buendía, Mendoza y Covarrubias, son coincidentes en las cifras de esos dos segmentos, salvo la encuesta de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena, que arroja datos más elevados.
Así, tenemos que mientras la encuesta de la Comisión de Elecciones de Morena, dice que a la pregunta de por quién votaría, un 15.5 % respondió que por ninguno, mientras que otros 21.7 % dijo que no sabe o no contestó.
Para Covarrubias, las cifras son de 12.6 % y 12.8 %, respectivamente; para Buendía, 9.4 % y 10.7 %; en tanto que, para Mendoza y Asociados, las cifras dan 14.7 % y 14.4 %, respectivamente.
Ya otros sondeos anteriores han sido más o menos coincidentes y reflejan por un lado el hartazgo ciudadano o bien el desinterés por participar en los procesos para elegir a sus representantes populares, lo cual, en otro momento era conveniente para las principales fuerzas políticas que echaban mano de su voto duro para garantizarse el triunfo a costa del abstencionismo y la ausencia de votantes en las urnas.
Hoy, parece que la situación es distinta y al menos hacia los militantes y simpatizantes del PRI y Morena, hay participación e interés, que en no pocos casos ha derivado en fracturas y disputas internas, por lo que se vuelve más importante todavía que partidos y candidatos no solo convenzan a sus huestes, sino que vayan por ese segmento de indecisos que pudiera convertirse en el fiel de la balanza en favor de que las cosas sigan como están o se concrete un cambio en Hidalgo.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.