(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
Twitter: @OswaldoRamirezG
Debo admitir que al inicio de esta edición estaba bastante indeciso sobre el tema a tratar. Son tantas noticias y cabos sueltos que no basta con que termine un año del calendario gregoriano más, sino la extensión y la comprensión de verdaderos ciclos de desarrollo humano. Para muchos el 2022 pinta como en trillizo maldito hermano del 2020 y 2021, puesto que los problemas de inseguridad, desempleo, subempleo y pandemia aun forman parte de la cartera diaria de nuestras vidas. No obstante que el SAT hasta el momento nos ha dado un respiro con mínimas medidas presupuestales esto no quita que la escala en precios, la crisis mundial, la paridad peso-dólar y algún otro elemento de índole nacional o internacional no vaya a repercutir en los próximos días en nuestras economías.
A este respecto esta vez por lo menos habrá que ajustar los costos del café, chocolate, leche y la harina puesto que una partida de Rosca de Reyes por lo menos saldrá en unos $600 pesos (modestamente hablando), y quizás me quede corto con los precios, pensemos también en el precio del gas e ingredientes específicos para hacer de la próxima convivencia del 6 del presente mes un evento llevadero entre amigos, compañeros del trabajo y familiares.
Pero para que no nos preocupemos por este tipo de noticias y otras más la pregunta es ¿Qué mecanismos utiliza el sistema como distractores? Muy sencillo, la prensa sensacionalista y los falsos positivos en redes sociales.
Cuando hablo de noticias distractoras en los medios de comunicación me refiero no solo aquellas producto del derechairismo “implacable” que en lo que va del sexenio no ha hecho más que humillarse y ponerse el pie ella misma. También me refiero a esos medios “aliados” del sistema o mejor dicho de la 4T que se pintan solos para adular y engrandecer o minimizar infinidad de asuntos. En este absurdo no solo youtubers amarillistas o periodistas “mercenarios” de la información le ponen tedio en demasía las notas devenidas en su gran mayoría de lo que se dice desde Palacio de Gobierno, preguntas ociosas o infundadas que aderezan las ya de por sí maratónicas conferencias mañaneras de nuestro Huey Tlatoani Andrés Manuel López Obrador.
¿Qué se supone que hemos de ver preguntar y en titulares esta semana? ¿Cómo se articularán los temas de la semana y de opinión pública?
Simple, se irán por lo más rimbombante antes de lo más importante. Para este caso quizás ocupe más columnas y blogs en redes sociales el derribo de la recién colocada primera estatua del Presidente en Atlacomulco, Estado de México lugar con una tradición priísta por antonomasia y que ahora recupera su coto político ya que al administración que erigió tal monumento es la saliente cuya partido político es MORENA. Las preguntas surgirán en esta mañanera y quizás en otras más también en redes y todas irán en función a “que piensa el presidente al respecto”, pero pocas al fondo del hecho ¿De dónde salió el dinero para pagar tan caprichosa efigie?
Las batallas de los titulares actuales son tan vacías como atractivas, cual pasarelas de modas. Por ello hay más cobertura a notas como la antes mencionada que a las de una “Batalla por Zacatecas”, y esta vez no me refiero al combate histórico entre villistas y federales en pleno clímax de la revolución mexicana, sino a la que se libra hoy en día entre carteles de la delincuencia organizada y los titubeantes mandos de seguridad federal y estatal que a la fecha han dejado cientos de familias desplazadas, pueblos abandonados y un sinnúmero de desaparecidos, jóvenes y adolescentes que son secuestrados y obligados por los grupos delictivos para formar parte de sus filas. De esas batallas prefiere no hablar el gobierno, le es más fácil vituperar a los muertos de la historia y apelar al perdón de adversarios políticos para utilizarlos en el ajedrez de los escaños en diputaciones y gubernaturas, pese a que estas decisiones generen división política y más incertidumbre social. De ese tamaño es su “olor a santidad”.
Cuesta pensar que incluso en los medios del espectáculo y farándula se encuentran más respuestas para nuestro presente que en las reincidentes charlas de cada mañana en Palacio Nacional. Para muestra el ruido que metió incluso antes de salir a la venta el libro de la periodista Anabel Hernández “Emma y las otras señoras del narco” (Grijalbo, 2021), el cual menciona la relación de varias conductoras, cantantes y actrices de Televisa y Tv Azteca con vínculos amorosos y de “negocios” con antiguos jefes del narcotráfico, además de algunos políticos como Manuel Bartlett y Félix Salgado Macedonio, entre otros. Sobra decir el revuelo que causó el contenido, pero hasta el momento le han llovido más demandas a la autora que investigaciones a los susodichos mencionados en dicha obra.
Todo esto ¿Hacia dónde nos lleva? ¿A qué extremo mirar? Muy sencillo, nos conduce a ejemplificar con la película “No miren arriba” (‘Don´t look up, Bluegrass Films, 2021), entrenada el 24 de diciembre del año pasado por la plataforma de Netflix. La premisa de la cinta es simple; dos astrónomos descubren un cometa que en seis meses impactará con la tierra lo que generará la total aniquilación en el planeta. A partir de ese momento intentan advertir al gobierno de los Estados Unidos para que tome medidas, sin embargo en su intento se encuentran con una serie de desavenencias e infortunios que terminan por decepcionarlos de la vida y de la sociedad en que viven.
No redundaré en descripciones ni detalles de la trama de ese filme (para eso hay otros sitios y otras notas más específicas). Retomaré algunos elementos generales como la banalidad política, económica y social, la cual es retratada a través del ejemplo de la trama y que embonan muy bien a nuestra a realidad. Si bien en la cinta se habla de un meteorito como elemento de la extinción de la vida terrestre, en la práctica estamos al límite viviendo esto pero con la pandemia. Para muestra rememoremos ¿Qué se decía y cuáles eran las reacciones hace poco más de dos años cuando se sabía de una pandemia moral, sin cura ni vacuna surgida en China? ¿Recuerdan las fake news? ¿Recuerdan la incredulidad? El futuro nos llegó no por poco nos deja mal parados como país. Creíamos cándidamente que por estar del otro lado del mundo y por gestarse en un clima opuesto al de México el covid-19 no nos causaría gran mortandad y sin embargo pasó.
Hoy muchas poblaciones han relajado las medidas sanitarias pese a que la variante ómicron ya se encuentra en varias partes del país. Seguimos dando importancia a las ocurrencias anecdóticas de nuestro presidente o lo que es peor, seguimos enajenados con los dimes y diretes de la farándula, como si algo de la herencia del “Charro de Huentitán” nos fuera a tocar, o si con la no muerte de la Sra. Pinal la vida del ciudadano de a pie cambiará drásticamente.
Si bien es cierto hay temas de ocio y divulgación, no dejemos que estos nos coman la vida y la mirada hacia lo más importante, nuestra sociedad, nuestra familia, nuestra salud, nuestro planeta… Mirar o no esta película es su decisión, es la libre determinación. Al igual que la de alzar la voz por las muertas de Juárez que ahí siguen y se extienden como cáncer con feminicidios en toda la República mexicana… Levantar la voz por el sufragio, por la exigencia hacia nuestros servidores públicos, por la defensa de nuestra autonomía como ciudadanos, por la seguridad de nuestros pueblos, ciudades y comunidades. Así, con esta lección iniciemos el año, mirando hacia el lado correcto de la vida en pro de una mejor sociedad.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.