(W) Ecos Sindicales: Roberto Zerón Sánchez
La crisis en la relación del líder senatorial Ricardo Monreal Avila con el presidente de la república fue desazolvada por la intervención del albacea presidencial, Adán Augusto López Hernández, en función de administrador de los conflictos al interior del partido Morena.
Y los empates en política no dejan perdedores ni ganadores, sino tan solo fortalecen a los que ganan perdiendo y de modo natural afecta a los que ganan ganando. El saldo en el conflicto de Monreal con el gobernador veracruzano Cuitláhuac García Jiménez dejó más fortalecida la fracción morenista del líder senatorial y algunos senadores ocultaron sus sentimientos políticos porque se vieron obligados a confrontar al líder de la bancada.
Detrás del arresto de José Manuel del Río Virgen, asesor político del presidente de la Junta de coordinación del Senado estuvo siempre el trasfondo de la candidatura presidencial no oficial de Monreal. Por lo tanto, el saldo de la confrontación política tuvo que escalar advertencias, pero dejando un mensaje político muy fino: Monreal pudo reventar la crisis a costa de su candidatura presidencial, pero se replegó a tiempo para fortalecer su posición y la de su bloque de poder político que al final de cuentas apareció indispensable para la votación de las reformas legislativas de leyes y constitucionales que tiene el Congreso para el periodo ordinario de sesiones que comenzó hoy 1 de febrero.
Y como todo tiene que ver con la sucesión presidencial, el manejo estratégico de la crisis de Monreal afecto la condición de Claudia Sheinbaum Pardo por su subordinación al manejo presidencial del proceso sucesorio, en tanto que el canciller Marcelo Ebrard Casaubón supo hacerse a un lado para no comprar batallas en campos ajenos de su guerra.
La apuesta política pareció buscar la confrontación directa con Monreal para orillarlo a la renuncia o destitución de su cargo de jefe de la Junta de Coordinación Política del Senado. La reunión en Morena el viernes iba en esa dirección, pero senadores morenistas se sorprendieron del repliegue estratégico de Monreal para evitar el choque de trenes que lo sacaría casi en automático de la lucha presidencial dentro de Morena.
El otro movimiento estratégico fue la decisión del senador Dante Delgado Rannauro, jefe real de Movimiento Ciudadano, de renunciar a la presidencia de la comisión especial senatorial para analizar la crisis de autoritarismo en Veracruz, entidad de la que fue gobernador interino por su relación directa con el entonces todopoderoso Fernando Gutiérrez Barrios, jefe de la Federal de seguridad. El paso atrás de Delgado volvió a colocar el seguro a la espoleta de una granada política dentro del Senado.
Si el gobernador veracruzano García Jiménez entiende de política tendrá que liberar de inmediato a Del Río Virgen porque su expediente politizado beneficiaría en los próximos meses la consolidación de una vertiente política del senador Monreal. Con estos movimientos es como se desactivan los empates técnicos que suelen beneficiar a los derrotados.
La movilidad política del albacea testamentario presidencial entendió la lógica del conflicto, pero se encontró –en éste y otros casos– con la cerrazón de quienes suponen el apoyo presidencial absoluto. El repliegue de Monreal pareció haber sido producto de un entendimiento –no pacto ni compromiso– con el secretario de Gobernación, con el lenguaje de la interpretación táctica de los hechos políticos de la coyuntura.
La jugada estratégica de Monreal estará en el cumplimiento de su compromiso de aprobar las reformas presidenciales y con ello reconsolidar su posición al interior de Morena, un partido que volvió a demostrar que no es otra cosa sino un archipiélago de tribus al estilo perredista.
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PIB 5%. La información oficial del INEGI reveló que el PIB anual oficial de 5% fue menor al 6.3 por ciento estimado en los Criterios Generales de Política Económica para 2022 y representará un desafío para construir una estrategia integral de reactivación de la planta productiva. Mientras no se establezca un nuevo criterio de medición del crecimiento económico, el PIB seguirá siendo el referente inevitable.
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