(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
El delegado de los programas de la Secretaría del Bienestar en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno, comentó en este espacio que con el cambio de gobierno (en el 2018) también se modificó el esquema de apoyo a las escuelas de educación básica y en lugar de que la Secretaria de Educación Pública (SEP) disponga de los recursos para rehabilitar y dar mantenimiento a las escuelas, ahora lo hacen directamente los padres de familia, vía el programa “La Escuela es Nuestra”.
Explicó entonces que, en tiempos de pandemia, las escuelas de educación básica en la entidad, una cinco mil, tienen recursos necesarios para adquirir los insumos para establecer los protocolos de salud que eviten contagios en niños, maestros, padres de familia y personal de apoyo, cuando hay clases presenciales, como ya ocurre en varias escuelas de la entidad.
Si las escuelas y los padres de familia, aglutinados en comités de familia, disponen de esos recursos, entonces no habría razón para pedir a cada padre de familia que aporte una cantidad extra para comprar gel anti bacterial, sanitizantes y otros enseres que permitan mantener la escuela limpia y lejos de cualquier posibilidad de contagio por Covid.
Si de por sí, los padres han tenido que desembolsar lo correspondiente a la inscripción por cada ciclo escolar (aún sin tener clases presenciales) más una “cuota voluntaria” para adquirir enseres de limpieza para el plantel. Eso sí, se advierte al alumno o padre de familia que, si no paga la inscripción anual y la “cuota voluntaria”, el niño no podrá acceder a la educación “gratuita”.
Eso de las inscripciones y las “cuotas voluntarias” ha sido un tema irresuelto, pues cuando los padres de familia protestan contra el director del plantel por negar el acceso al alumno a la educación gratuita, la autoridad responde que en ninguna escuela se debe negar el acceso al alumno a la educación, pues la cuota es “voluntaria”.
Ahora que la pandemia ha frenado la economía en el país y que ha dejado a muchos padres de familia sin ingresos por la pérdida, necesariamente se complica más todavía la posibilidad de aportar sus cuotas voluntarias y el extra para el gel y los insumos para los protocolos de salud, además d que el niño debe llevar sus dos cubrebocas diarios y su propio gel anti bacterial.
En la primaria Everardo Márquez, se pidió un extra para los protocolos de salud, de 100 pesos por jefe de familia, aparte de la cuota anual y la inscripción por alumno.
Un jefe de familia, con teas hijos, uno estudiando para educador, otro en una escuela técnica y un menor en una escuela del DIF, pagó para el segundo una “cuota voluntaria” de mil 570mpesos, 30 pesos para su credencial, más mil 200 pesos para su uniforme; por el menor que acude a un jardín de niños del DIF, pagó 345 pesos de cuota voluntaria y 400 pesos para comprar el material anti covid.
Entonces, vemos que no hay concordancia con lo que dice el gobierno federal, lo que explica el gobierno estatal a través de la SEPH, con la realidad que enfrentan padres de familia y estudiantes que comienzan a volver a las clases presenciales.
Y si hay reclamos por estos abusos, hay represalias contra el alumno. Así que…
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.