Laboratorio Público/ 100 días
Recientemente la revista The Economist calificó a México, en su comportamiento democrático, como un “país híbrido”.
En buen romance político eso de ser un país Híbrido equivale a considerar que nuestro país en el 2021 caminó peligrosamente a comportarse como una nación autoritaria.
Y, sin duda, hay razones para que esa afirmación pueda ser considerada, cuando menos, muy cercana a nuestra realidad política y social.
Un elemento que consideraron los evaluadores es la falla que el actual régimen ha tenido en materia del combate a la inseguridad. El crimen organizado está demostrando un poder tan grande, en su calidad armamentística y en sus ya muy sofisticados métodos de operación, que se habla con harta frecuencia de que somos “un narco-estado”.
Una impronta verdaderamente deplorable de la inoperancia de los sistemas de seguridad nacionales, es el lamentable recuento de que en los primeros 28 días del presente año han sido asesinados seis periodistas en diferentes partes del territorio nacional.
Los asesinatos cometidos por las diferentes organizaciones criminales (secuestros, feminicidios, crímenes sangrientos que desmiembran cuerpos o los cuelgan en bodegas o puentes) justifican las especulaciones de que los cuerpos de seguridad, en una gran mayoría, tienen acuerdos con las bandas criminales.
Crisis migratorias, incremento de los niveles de pobreza, deficiente manejo de la Pandemia por parte del sector salud, inflación y una relación con Estados Unidos que ronda los niveles de la desconfianza hasta llegar a fraudulentas maneras de un neo intervencionismo, son apenas una parte del lamentable catálogo de los grandes problemas nacionales.
Y mientras eso ocurre afectando estructuralmente a la mayoría de nuestra población, los actores políticos y sociales debaten sobre asuntos marginales, que revelan más tentaciones al protagonismo que una verdadera preocupación por resolver la problemática que tiene al país en la inminencia de una crisis social que, en un descuido, puede pasar de las protestas callejeras a la violencia de los ciudadanos desesperados por sentirse como parias de una condición que no les ofrece siquiera un futuro cuando menos de supervivencia.
José Ramón López Beltrán, Carlos Loret, no son, de ninguna manera, las principales improntas de los grandes problemas nacionales.
Urge conciencia, sensatez y responsabilidad de los actores, individuales y colectivos, que anteponen sus causas, no dudamos que sean legítimas, a la solución de nuestra ya muy grave condición de ser un país de marginados.
EN TIEMPO REAL.
1.- Las encuestas mas reconocidas de México siguen considerando al alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, como el perfil que conciliaría el ánimo de la recién creada alianza opositora a la 4T para ser el candidato presidencial en el 2024.
2.- Lectura obligada la columna de Carlos Ramírez en el portal Indicador Político titulada #TodosSomosBuendía, donde plantea la disyuntiva de caer entre el periodismo social o la tentación de sucumbir al periodismo “Político-Comercial. Un análisis oportuno en los tiempos en que el oficio de comunicar se confunde muy a menudo con el negocio puro.
3.- Casas encuestadoras de reconocida trayectoria has revelado que desde que se inició la revelación de la Casa Gris, habitada por el hijo mayor de AMLO, la aprobación del primer mandatario bajó ¡diez puntos en lo que va del mes de febrero¡ Así lo consigna el resultado del trabajo sobre el tema de Consulta Mitofsky de Roy Campos.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.