(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
La Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), ofreció y el Sindicato de Personal Académico de la institución (SPAUAEH), aceptó un incremento salarial del 3.5 % y otras prestaciones, con lo que se evitó la huelga programada para comenzar el 28 de febrero próximo.
En la UAEH es impensable un paro laboral porque todo mundo al interior de la institución sabe que los sindicatos académicos y administrativos son “blancos”, pues son controlados absolutamente por el rector en turno e históricamente, desde la década de los 89, por el aún líder del grupo que controla económica y políticamente a la máxima casa de estudios, Gerardo Sosa Castelán.
Sólo en el gobierno de Francisco Olvera Ruiz, estalló la huelga que se resolvió horas después mediante la intervención del titular del poder ejecutivo, quien ofreció a préstamo recursos para que las autoridades universitarias cubrieran con los acuerdos a que llegó con el sindicato, lo que se consideró en su momento una maniobra de las propias autoridades universitarias, para que el gobierno aportara recursos extraordinarios en calidad de préstamo.
Esta vez, como ocasiones anteriores, el emplazamiento y su posterior arreglo es cosa que deciden las autoridades universitarias y los dirigentes sindicales sólo acatan las ordenes de sus patrones.
Así, los académicos lograron un aumento a sus percepciones del 3.5 % y aumentos en prestaciones como despensa (11 %), guarderías (10 %), pago de defunción (5.22 %), canastilla de maternidad (20 %), ayuda para gastos funerarios (10 %).
Lograron nuevas prestaciones como bono de fin de año (500.00 pesos), bono bienal (10,500 pesos) y reconocimiento a la antigüedad: mil pesos por 20 años; mil 500 pesos por 25 años; dos mil pesos por 30 años; dos mil 500 pesos por 35 años y tres mil pesos por 40 años de servicio.
Es decir que, para lograr un reconocimiento de tres mil pesos, un académico deberá haber laborado durante 40 años ininterrumpidos, lo cual resulta más que un logro, un insulto al trabajo de los catedráticos de la máxima casa de estudios.
Hay que recordar que a todos los trabajadores universitarios se les pidió una “cooperación” de mil pesos que serían descontados directamente en nómina y serían destinados para apoyar “al compañero” Gerardo “N” debido a su precaria situación económica.
La mayoría apoyó, no por gusto, sino por temor a las represalias.
Por otro lado, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) hizo observaciones a la cuenta pública 2020 por un monto de 380 millones 200 mil pesos, entre otras cosas, por pagos a trabajadores no considerados. Del capítulo 1000 (sueldos y salarios) se detectaron pagos excesivos en los conceptos de sueldo base, aguinaldo y prima vacacional por un total de 189 millones 105.3 mil pesos.
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